Pasado el Rubicón de fines de junio, sin la llegada de las prometidas inversiones productivas, con inflación acumulada y efectos recesivos del ajuste vigentes, lo que los industriales se preguntan es si podrán despegar a partir de 2017, o si la política económica va camino de repetir errores de los años 90.
Situación provincial
En ese marco, la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) presentó un informe con los números en la provincia, en el que se señala que en el primer semestre el retroceso de la industria láctea fue del 17,5%, el del complejo siderúrgico un 19,1% y diversas ramas del complejo metalmecánico y de bienes de capital del 3,8%. "También bajó la actividad de la industria autopartista-automotriz, la fabricación de calzado, la fundición de metales y muebles, el sector textil y de indumentaria".
Fisfe también repasa lo sucedido con la industria del acero, que se vio afectada por la paralización de la obra pública, la baja de la construcción privada y los problemas que padecen el sector automotriz y la industria de línea blanca: "En los primeros meses la siderometalurgia produjo 415 mil toneladas, cifra 19,1% menor que igual período del año último", revela el informe.
En este contexto, los sectores que lograron resultado positivo fueron el aceitero, la elaboración de biodiesel, agroquímicos y fertilizantes, y la fabricación de maquinaria agrícola. Los números sobre la industrialización de granos de soja son claros: la molienda en la provincia superó las 12,2 millones de toneladas en el semestre, un 37% por encima en la comparación interanual. Y la producción de aceite de soja en las plantas de procesamiento santafesinas fue un 39,6% superior a la de los primeros seis meses de 2015.
Es decir, tras la devaluación, la quita de retenciones a todos los cultivos y la baja a los derechos de exportación de la soja, les fue bien a los nichos de producción industrial apalancados por el rendimiento de los agronegocios.
Vale la pena destacar, en este punto, que así como el complejo sojero renovó expectativas, la eliminación de los derechos de exportación del maíz elevó considerablemente el costo de producción para los sectores que agregan valor, convirtiendo al cereal en carne. No sorprende por ello que la faena bovina haya caído un 6,2%, la faena aviar un 11,2% y los productores de cerdo advirtieron que pierden plata cada vez que le dan de comer a sus animales.
La lechería, otra actividad pecuaria que padeció el aumento de insumos, la suba del gasoil y las tarifas, fue afectada además por las inundaciones en la cuenca tambera santafesina. Así, la industrialización de materia prima en mayo pasado por parte de la industria láctea provincial fue de 908 millones de litros, un 17,1% menos que en igual mes del año 2015.
Baja la actividad, suben importaciones
El informe de Fisfe señala, finalmente: "La evolución de las importaciones muestra una conducta que no se corresponde con la dinámica del nivel de actividad económica en general e industrial en particular. Todo bajó y las importaciones subieron".
Desde fines de diciembre, industriales de distintos rubros protagonizaron audiencias con Nación para denunciar el impacto de la nueva política aduanera y pedir algún mecanismo de protección. Hubo coincidencia en los reclamos con el gobierno provincial y varios jefes de comuna. Los funcionarios nacionales prometieron soluciones, pero a la fecha siguen creciendo las importaciones, afectando a la producción local.
Los carroceros, con eje en Villa Gobernador Gálvez, se ven afectado por el ingreso de colectivos de Brasil. "De palabra, acordamos con el área de Industria a nivel nacional un criterio de 70-30. Es decir, que por cada dos colectivos nuestros, haya uno brasilero. Ese es el tope, de ahí en más corren riesgo las fuentes laborales de la región. El problema es que el área de Comercio, dentro del gobierno nacional, no quiere fijar ningún cupo", reveló en off un empresario del sector. Según los últimos números, en lo que va de julio ingresaron 33 unidades y en junio 100, para totalizar 332 desde el 10 de diciembre. A este ritmo, en pocas semanas se supera el "techo" fijado extraoficialmente en Buenos Aires.
En cuanto a la comercialización de bienes de consumo, son notables los casos de las cadenas de supermercados: Coto importó globalmente en el primer semestre un 42 % más que en el mismo período en 2015. Y Carrefour elevó sus compras al exterior un 44 %. Jumbo Cencosud estuvo más discreta, aumentó un 15 % la compra al exterior. La cuenta es sencilla: si vendieron menos e ingresaron más mercadería de afuera, algún fabricante local perdió.
Entre los datos más salientes, Coto trajo en estos seis meses 619.518 acolchados y sábanas de China, Uruguay e India. Un 90 por ciento más que en mismo período del año pasado.
De cara a un frío invierno, la misma firma importó 123.986 calefactores de China durante 2016, lo que equivale al 37.58% del total de los aparatos eléctricos para calefacción importados hacia la Argentina durante este primer semestre.
En línea blanca, sector que en la región enfrenta una crisis por caída en ventas y suspensión de personal, el origen preferido por los importadores es Turquía y Polonia. Del mismo informe al que pudo acceder La Capital se desprende que Coto importó 5.366 lavarropas turcos, trayendo desde un solo Cuit el 49,85% del total de los lavarropas que ingresaron del exterior a la Argentina. Las heladeras que la cadena importó desde Turquía, que acá se venden con la marca Top House, fueron 12.724.
Observatorio por las importaciones
El ministro de la Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, que esta semana encabezará la puesta en marcha por parte del gobierno provincial de un Observatorio de Importaciones junto a Fisfe, denunció esta semana desde su cuenta de Twitter: "La importación de bienes de consumo no baja los precios en góndola y perjudica a la industria local".
Por ejemplo, heladeras entraron en estos seis meses el doble que en todo 2015. Junto a Coto, el ranking de importadores de heladeras a nivel nacional lo encabezan hoy NewSan -de capitales nacionales y propietaria de la marca Siam-, Whirlpool –multinacional líder en electrodomésticos a nivel global, con plantas en todos los continentes- y Electrolux –de origen sueco y propietaria en la región de Gafa, que compró en 2013 y emplea a unas mil personas en Rosario. Para Electrolux, la ecuación comercial cerró mejor trayendo las que elabora la propia firma en su plante de Brasil. Mientras tanto, acá en la zona sur de la ciudad, pasa el invierno licuando el sobrestock de sus galpones y con más de 300 operarios suspendidos.
Roberto Lenzi, titular de la fábrica local de heladeras Briket y nuevo presidente de la Cámara que nuclea al sector, señala: "Todos nosotros hicimos inversiones, somos competitivos en términos de tecnología con lo que se fabrica a nivel global. Pero dentro de la fábrica no decidimos la política aduanera, ni el esquema tributario o cuestiones vinculadas a la macroeconomía. China y Brasil están más bajos en costos, fundamentalmente por escala. Acá, si en un mes no se pone algún mecanismo que restrinja las importaciones, en la industria nacional de línea blanca vamos a estar con problemas más importantes".
Las estadísticas que aquí se reflejan en detalle sobre Coto, se repiten en las compras de las grandes cadenas al exterior, con pequeños electrodomésticos, televisores, computadoras, vajilla, juguetes y cientos de rubros, de países tan diversos como Taiwán, Indonesia o China. Incluso, en los últimos tres meses, la lógica importadora se desplazó hacia los alimentos, con hortalizas traídas desde Holanda, espárragos de Bélgica, cerdos de Dinamarca, zanahorias de Chile, pollos, fiambre, golosinas y latas de choclo de Brasil o cebollas frescas de Polonia.
Gustavo Camargo, gerente comercial de la firma de heladeras Bambi, que emplea a 600 personas, reflexiona: "Como consumidores todos debemos ser conscientes que cada vez que compramos un producto importado en Coto, Carrefour, Frávega o en cualquier comercio, se está destruyendo trabajo nacional y favoreciendo el desempleo. Por eso cuesta comprender la lógica de los importadores, que al hacerlo afectan directamente a potenciales consumidores de su propios comercios".
En calzados, con una baja en las ventas del orden del 25 %, se combinan la caída del mercado interno con una suba de importaciones de China y Brasil de más del 15 %.
"En la última edición de Exical, que se hace en Córdoba y reúne a fabricantes de todo el país, los números fueron muy malos. La mitad de los clientes que tengo siempre, ni fue. Y los que fueron me compraron menos, porque dicen que la gente está dilatando la compra de zapatos", informa Luis Schivalocchi, mocasinero de Acebal.
En dicha localidad estuvo ayer sábado 23 el ministro de la Producción de la provincia, Luis Contigiani, junto al senador Miguel Capiello, para buscar alternativas. Arroyo Seco, Pavón Arriba, Alcorta, Tortugas, Cañada de Gómez, Venado Tuerto y Rosario son otras ciudades afectadas.
En muebles, la lógica es parecida. Cañada de Gómez, Rosario y Esperanza son las localidades que sienten hoy el impacto. Desde CIMA, la Cámara de muebleros cañadense, se informó a La Capital que el crecimiento de las importaciones verificado es del 35 %, con países de origen Brasil, Rumania, Taiwan, China o Malasia. En muebles de dormitorio para armar, se duplicaron los ingresos con respecto a 2015.
Guillermo Moretti, presidente de Fisfe y dirigente nacional de la UIA, advierte finalmente: "Me encantaría pintar otro panorama. Estamos trabajando todos los días para revertir la situación. Pero hoy, lo que podemos decir es que para el segundo semestre la perspectiva es desalentadora, las señales que no son buenas. Tipo de cambio fijo, tasa de interés del 30%, baja del mercado interno y apertura de importaciones. En ninguna de esas variables nos vemos representados los industriales".