El desarrollo del año 2018 evidenció un gran deterioro para la mayoría de las economías regionales. La magnitud de la devaluación de la moneda local produjo un brusco cambio de los precios relativos, los que incidieron profundamente en todas las producciones, aquellas que generan productos mayormente exportables tuvieron ciertas posibilidades de mejorar la situación, aunque en general no fue tal el beneficio.
De las 19 economías relevadas por Coninagro, durante el 2018 la suba de los costos fue superior al aumento de los precios en 15 actividades productivas. El último informe de la entidad detalló que "esto produjo un deterioro de los resultados, incluso en las producciones que no estaban en una buena situación económica al arranque del año, se vieron mucho más perjudicadas que favorecidas".
La tensión llevó al gobierno a anunciar la semana pasada, una suba del mínimo no imponible en las contribuciones patronales para todas las economías regionales del país de $7.004 a $17.500.
"La preocupación, frente a lo que muestra este semáforo se centra en dos temas: las producciones que pueden dar trabajo y generar empleos están mal. Y está complicada la economía por la caída del salario, que afecta el consumo y termina impactando en la producción. Entonces, un problema regional termina haciendo efecto dominó sobre lo nacional, e impacta en el ciudadano en general", indicó el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto.
El semáforo que elabora Coninagro explicó que en el comercio exterior se generó, fruto de la depreciación del peso, una reducción de las importaciones para todas las producciones, este resultado se genera de forma inmediata porque los productos importados se encarecen enormemente medidos en moneda local luego de una devaluación.
Por el lado de las ventas al exterior, solo 10 actividades mejoraron su desempeño exportador, sucede que por más competitivo que se muestre una actividad luego de la devaluación, para aumentar la exportación hay que tener primero la producción, luego los mercados, y finalmente una cultura exportadora que no se genera de un día para otro.
Finalmente, el informe de la entidad agraria señaló que es importante destacar que la gran mayoría de las producciones regionales se distribuyen en todo el país para el consumo de los argentinos. La caída del salario real se traduce también en una menor cantidad de bienes consumidos, la cual se evidencia en algunos de los alimentos y bebidas más tradicionales del país, en 2018 disminuyó el consumo per cápita de carne vacuna y aviar, lácteos, vino y yerba mate.
Entre los sectores en crisis se encuentra la cría de ovinos, Coninagro advirtió que viene para atrás el precio de la lana y del cordero y que cayeron las exportaciones. También se encuentra muy afectada la producción de papa, con los mismos precios nominales que hace un año y costos por encima de la inflación. La actividad vitivinícola, vino y mosto, corre con la misma suerte por la sobreoferta, los precios increíblemente bajos y las perspectivas de mayor volumen.
Entre las producciones con signos de crisis figuran la producción de peras y manzanas debido a las exportaciones en alza y no hay mejoras en los precios. Los productores citrícolas enfrentan una importante suba de costos y baja de las exportaciones, al igual que los productores de hortalizas. En la actividad forestal hay sobreoferta y contracción de las exportaciones y en tabaco también hay una caída de las ventas al exterior.
En tanto, el semáforo de la actividad que elabora mensualmente Coninagro reveló que presentan signos de alerta la producción de arroz, mandioca, maní, la yerba mate y los granos.
Por su parte, evidenciaron algún signo de crecimiento las economías regionales vinculadas a la producción de algodón gracias al aumento de la superficie implantada; miel por los mercados estables; aves por la recuperación de los precios; bovinos por las mejoras en el volumen de carne; porcinos por la recuperación de exportaciones y consumo y lácteos por el repute temporal de precios y exportaciones.