El triunvirato de la CGT dio ayer un "no" rotundo al proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno, en especial a la pretensión de modificar el corazón filosófico de la ley de contratos de trabajo. El pilar de todo el sistema jurídico donde define el concepto de "trabajo", y que coloca al trabajador en situación de protección especial ante una relación (con la patronal) naturalmente asimétrica.
Sin embargo, los jefes de la central sindical se cuidaron de no pegar un portazo en su relación aceitada con la Casa Rosada. Eso sí, confesaron que se sintieron defraudados cuando les llegó a sus manos el proyecto de reforma que impulsa el macrismo. "No era lo que veníamos hablando", expresó Héctor Daer.
"Rechazamos de plano la reforma como fue presentada; pretende cambiar la filosofía del derecho laboral argentino, que está universalmente consolidada como un derecho protector, tutelar, que nivela las asimetrías que existen en la relación laboral", planteó el triunviro, elevando por un instante la voz, y a modo de advertencia.
Para la CGT, algunos ítems son totalmente inaceptables, pero otros "podrán ser discutidos o no". También el trío tomó distancia de un presunto "avance en la negociación como se manifestó en algunos medios".
El de ayer, de todos modos, no implica un cambio de actitud sustancial de la CGT, que viene teniendo una vocación amigable con la Casa Rosada, a pesar del retroceso de los trabajadores a propósito de la política económica del gobierno nacional. "Seguiremos dialogando para intentar acordar algunos aspectos", concedieron.
También Daer rechazó el cambio que pretende la Casa Rosada en el cálculo de indexación sobre las jubilaciones futuras. "Quieren bajar las jubilaciones, y con ese ahorro compensar el Fondo del Conurbano", denunció.
El rosarino Juan Carlos Schmid, por su parte, ratificó que la CGT trazó una "línea roja" sobre los cambios propuestos a la ley de contratos de trabajo.
Por lo demás, molesto con algunas preguntas, Juan Carlos Schmid, ingresó en un contrapunto con algunos cronistas. En especial cuando se lo consultó sobre la actitud "tan cauta" de la CGT actual, en contraste con los paros por el impuesto a las ganancias durante el gobierno anterior.
Schmid les pidió a los cronistas presentes "que sean un poquito más equilibrados, porque cuando se llevan adelante medidas de fuerza como las que hicieron los compañeros del sector aéreo la semana pasada, resulta que después todos los medios salen a cuestionarnos abiertamente".
El contrapunto continuó, "la CGT no puede responsabilizarnos a los trabajadores de prensa, que en muchos casos no cobramos los sueldos, que se cierran fuentes de trabajo", denunció un cronista presente ayer en la Sala de prensa de la CGT.
Trascartón, llegó de parte de Héctor Daer el clásico "buenas tardes", un modo eficaz de ponerle punto final a un encuentro con la prensa que ya había ingresado en zona de turbulencias.