El costo de la canasta básica de pobreza subió 40,5% durante 2021 mientras que la de indigencia aumentó 45,3%. Un grupo familiar de cuatro personas debió obtener en diciembre $ 76.146 para no ser pobre y $ 32.963,69 para no ser indigente. Así lo informó ayer el Instituto nacional de Estadística y Censos (Indec).
La canasta básica alimentaria, que marca el umbral por debajo del cual se cae en la línea de indigencia, registró en diciembre una suba del 3,9%.
Por su parte, la canasta básica total, que además de medir los precios de los alimentos también incluye al rubro indumentaria y servicios, registró en el último mes de 2021 un incremento de 3%.
La última medición del Indec, dada a conocer en octubre sobre datos censados durante el primer semestre del año, registró que el 40,6 % de los habitantes estaban por debajo de la línea de la pobreza, contra 40,9 % de igual período del 2020.
Dentro de esta mediación de la pobreza, el 10,7% eran indigentes frente al 10,5 % del primer semestre de 2020.
Estos niveles estuvieron por debajo del segundo semestre del 2020, cuando el nivel de pobreza alcanzaba a 42% de las personas, aunque el de la indigencia, se mantenía en 10,5 %.
Con una población estimada en 45,8 millones de habitantes, la pobreza estaría afectando a 18,5 millones de habitantes, entre los cuales se encuentran 4,5 millones de personas que estarían en la indigencia.
El Indec difundirá el índice de pobreza el 30 de marzo y sobre datos del segundo semestre del año pasado.
En 2020, las variaciones interanuales de la canasta básica alimentaria y total marcaron un incremento de 45,5% y 39,1%, respectivamente. En 2021 aumentaron 45,3% y 40,5%, en el mismo orden.