Un informe económico del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) confirma la pérdida real en los haberes jubilatorios desde la reformulación del cálculo de ajustes previsionales en diciembre de 2017, y revela que la quita, según sus parámetros de medición, equivale al monto de aproximadamente un haber mínimo. Asimismo vaticina, basándose en una inflación anual estimada entre un 23 por ciento y un 30 por ciento, que durante 2019 los pasivos perderían aún más su poder adquisitivo, por lo que no será factible su recuperación.
El análisis, elaborado por Nadin Argañaraz y Valentín Mongi, evalúa "el sendero que transitaron los haberes jubilatorios" tras un año de la sanción de la ley de movilidad que pasó a calcular el ingreso de los pasivos en base a un 70 por ciento de la variación del IPC nacional y un 30 por ciento de la evolución del índice de salario de trabajadores estables (Ripte). Ambas variables operan sobre la tasa de actualización jubilatoria con un rezago de 6 meses.
Bajo esta nueva modalidad, los haberes se actualizaron este año cada tres meses (marzo, junio, septiembre y diciembre) mientras que bajo la norma anterior, la movilidad se daba cada seis meses, en marzo y septiembre. Este mes, el haber mínimo jubilatorio es de $9.309,70 (con el aguinaldo roza los $14 mil). En marzo, recibirán un nuevo aumento de un 11,8 por ciento.
Sobre el poder de compra del haber jubilatorio, los autores evaluaron que a lo largo del año éste registró una tendencia descendente desde mayo, que se profundizó a partir de septiembre, pese al aumento de este mes. Según Argañaraz y Mongi en junio, un jubilado pudo adquirir el 98 por ciento de la misma canasta que accedía con el haber mínimo de junio de 2017. En diciembre, estimaron que sólo podrá acceder al 87 por ciento de los bienes que consumía en mismo mes del año pasado.
El informe del Iaraf, que se basa en fuentes propias y del Indec, señala que sólo en el primer trimestre de 2018 el haber jubilatorio mínimo logró posicionarse en mejor situación que en 2017, en parte fruto del bono otorgado en marzo por el empalme de fórmulas de movilidad y por un crecimiento de la inflación. En el segundo semestre de 2018 fue evidente la fuerte contracción del poder adquisitivo en relación con 2017 y en noviembre, "las jubilaciones alcanzaron el piso de caída real", reza el texto.
"Dado que se dispone de información oficial al mes de octubre, primero se analiza el desempeño del poder de compra del haber jubilatorio mínimo en el período enero-octubre y luego se estima una inflación mensual en noviembre y diciembre (3 por ciento y 2,5 por ciento, respectivamente) para analizar la performance del haber real en 2018", se aclara en el informe.
Para dimensionar la evolución de la capacidad de compra de los pasivos, los autores tomaron como unidades de medida el precio del litro de leche fresca entera en sachet y el precio del kilogramo de pan francés tipo flauta publicados por el Indec en forma mensual, "ya que consisten en dos productos de la canasta básica que tuvieron una evolución dispar a lo largo del año", e hicieron de cuenta que el jubilado que cobra la mínima destinó todo el monto a la compra de uno u otro producto. Entonces, "mientras el litro de leche registró un crecimiento interanual mensual promedio igual al 23 por ciento, el kilogramo de pan creció a un ritmo del 39 por ciento, en promedio entre los 10 meses del año, mientras que el crecimiento interanual promedio del haber mínimo se ubicó en torno al 23,6 por ciento".
Medido en términos de litro de leche, el haber jubilatorio "evidencia una performance similar a la observada en 2017", pero "si se considerase que el beneficiario destinó todo su haber mensual a la compra de pan, las unidades mensuales que pudo adquirir en 2018 fueron inferiores a las que obtuvo en igual mes del año previo, salvo en marzo cuando recibió el bono. Por caso, el haber que cobró en junio le alcanzó para comprar 220 kilogramos de pan, cuando para igual mes del año pasado adquirió 247 kilogramos. Es decir, su poder de compra medido en kilos de pan cayó un 11 por ciento y sólo pudo adquirir el 80 por ciento de lo que podía comprar en junio de 2017".
"Tanto al considerar el haber en términos de kilogramos de pan como en relación con el Indice de Precios al Consumidor, el beneficiario perdió poder de compra en el período analizado", analiza el Iaraf y agrega que "el haber (jubilatorio) medido en términos del precio promedio ponderado de una canasta básica sufrió una caída en su poder de compra en el comparativo entre 2018 y 2017 para el período enero-octubre. En 2018 el beneficiario sufrió una caída equivalente al 4,9 por ciento y 4,4 por ciento (dependiendo del bono de marzo) en relación con su capacidad de compra de 2017.
En cuanto a las estimaciones para noviembre y diciembre, la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados calculada por el instituto ronda el 7 por ciento en relación a 2017. En conclusión, durante 2018 los jubilados pudieron acceder al 93 por ciento aproximadamente de los bienes que adquirieron en 2017, señala el Iaraf, basándose en su fórmula unificada por el precio de pan y leche. Según el organismo, si se dispusiera una "asignación estímulo" que compense la pérdida, ésta oscilaría entre los $9.131 y $9.649, dependiendo del monto del bono percibido en marzo pasado, por lo que la diferencia ascendería al equivalente a un haber mínimo actualizado a diciembre para posicionarse en igual situación a la del año pasado.
De mal en peor
"Para estimar el posible sendero de los haberes jubilatorios en 2019", Iaraf propuso "3 escenarios de inflación (diciembre vs. diciembre): 23 por ciento, 27 por ciento y 30 por ciento" y concluyó que "en la primera parte del año, los haberes volverían a ubicarse por debajo de la inflación y recién en la segunda etapa del año, cuando éstos se actualicen por la inflación y el Ripte del primer semestre, volverían a ganarle" a la suba de precios.
"Al acumular la capacidad de pago de los beneficiarios a lo largo de cada año frente a estos distintos escenarios de inflación, surge que sólo en el caso de haber una inflación del 23 por ciento podrían posicionarse en una situación favorable en relación con 2018, y recuperar capacidad de compra. En el resto de los casos, se ubicaría por debajo o en igualdad de condiciones a lo experimentado en 2018 e incluso en una situación desfavorable con respecto a 2017", analiza el texto y concluye que "en los dos primeros años de vigencia de la nueva ley, el poder de compra de los haberes jubilatorios perderían frente a la inflación".
Datos duros
La estimación del Iaraf en cuanto a las pérdidas que sufren los jubilados se acota a la caída de poder adquisitivo respecto de la inflación, calculada en relación a la compra de dos insumos básicos de la canasta y establece que la pérdida, desde la implementación de la nueva ley de movilidad equivale a aproximadamente un haber mínimo. Otros estudios, que incluyen los tarifazos de los servicios, la suba de los medicamentos, alimentos, alquileres y otros conceptos que impactan directamente en el bolsillo de los pasivos, arrojan porcentajes más elevados.
El ex director de Ansés y director del Centro Internacional de Estudios de Seguridad Social, Miguel Fernández Pastor, advirtió que desde la aplicación de la última fórmula de movilidad los jubilados que perciben la mínima ya perdieron el equivalente a más de dos haberes en los últimos quince meses. Calculó que entre septiembre de 2017 (cuando se produjo el último aumento antes del cambio de la ley de movilidad) y diciembre de este año, la inflación alcanzará el 59,15 por ciento, mientras que en el mismo período la movilidad será del 28,4 por ciento, por lo que la pérdida llegará a más del 30 por ciento respecto de la inflación. En consecuencia, un jubilado que percibe la mínima en los últimos 15 meses perdió $ 17.791. Entre octubre de 2017 y diciembre de 2018 cobrará un beneficio promedio de $ 8.388, por lo tanto, la pérdida neta es de 2,12 haberes.
El Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas comparó la evolución mensual de la inflación con relación a los cuatro aumentos trimestrales de las jubilaciones y demás prestaciones de la Seguridad Social en el curso de este año. En el caso de la jubilación mínima, el haber pasó de $ 7.346,60 a $ 9.309,10 a cobrar durante diciembre, lo que implica un aumento del 28,5 por ciento, que contrasta con el casi 50 por ciento de inflación prevista para este año. Como los ajustes de las jubilaciones y prestaciones sociales fueron inferiores a la inflación, lo perdido desde 2015 alcanzaría a $ 29.771,60 a pesos a diciembre de 2018 para el caso de la jubilación mínima, según el instituto.
El último informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) reveló que "la jubilación mínima habrá retrocedido 7,3 por ciento su poder de compra respecto del promedio de 2017 y 13,9 por ciento en su poder de compra respecto del promedio de jubilación mínima de 2015". Al tomar en cuenta el último mes del año, indican que "la pérdida es de 12,1 por ciento en relación a 2017 y de 17,2 por ciento en relación a 2015".
Desde Cepa concluyen que, si se quisiera "equiparar el poder de compra de la jubilación mínima en 2018 al de 2017, habría que adosarle la suma de 9.264 pesos" y para empatar el poder adquisitivo de acuerdo al de 2015 "habría que adosarle la suma de 18.975 pesos. Si se considera el valor a diciembre, la pérdida anualizada ascendería a 14.206 pesos respecto de 2017 y 20.246 pesos respecto de diciembre de 2015, también anualizando la diferencia", concluyen en el estudio. Al analizar el valor final de la jubilación mínima se percibe que, a diciembre de 2018, el poder adquisitivo asciende a 81,7 por ciento del valor promedio de 2015. Es decir, que para diciembre de 2018 habrá perdido 18,3 por ciento de su poder de compra respecto del promedio de 2015.