De todos modos, el informe expresa que luego de 2002 se produce un "fuerte
recupero" de la inversión que alcanzó en 2006 el segundo valor más alto de la serie. Así, si se
comparan los datos del promedio de las provincias con Santa Fe, "ésta ostenta un guarismo inferior
para toda la serie bajo análisis ya que el promedio de las provincias fue de 16,4%, 1,8 veces el
ratio de Santa Fe", especifica.
Estos números muestran en "forma contundente la menor importancia que Santa
Fe atribuyó a la obra pública en su ejecución presupuestaria en relación al promedio provincial",
precisa el estudio.
El gasto y el producto
A la hora de hacer un análisis detallado de la asignación del gasto, el
relevamiento de IEE compara la relación entre la inversión real directa (IRD) y el Producto Bruto
Geográfico (PBG). En este aspecto, señala que "si bien la inversión en obra pública se movió al
ritmo de la actividad económica, la correlación positiva es inferior a la observada para el
consolidado de las provincias". En el primer caso fue de 0,56 y en el segundo de 0,78.
"Esto implica que en el caso de Santa Fe las variaciones de la inversión
son menos sensibles a las variaciones del PBG, tanto en momentos de auge como de retracción
económica", apunta el estudio.
De todos modos, este comportamiento adquirió nuevas características a
partir de la crisis de 2001, tras la cual la IRD dentro del gasto público en Santa Fe se recuperó y
creció, pasando del 6,3% en 2003 al 10,5% en 2007. Así, de los 794,7 millones de pesos invertidos
ese año, el 79,1% lo ejecutaron organismos descentralizados (mayoritariamente las direcciones
provinciales de Vialidad y Vivienda), el 20,8% la administración central y sólo el 0,1% las
instituciones de seguridad social.
De acuerdo a esa clasificación y en base a los datos de la cuenta de
inversión de Santa Fe para 2007, el 92,2% de la obra pública de la provincia estuvo concentranda en
cuatro organismos: la Dirección de Vialidad; la Dirección de Vivienda y Urbanismo; el Ministerio de
Asuntos Hídricos y el Ministerio de Obras, Servicios Públicos y Vivienda.
Un mapa desigual
Aunque los datos globales a nivel provincial permiten dimensionar la
importancia que el Estado santafesino le atribuyó a la obra pública, el análisis de la asignación
de la misma por regiones demuestra que la cartografía habla de que Santa Fe es una sola provincia,
pero dentro de ella convivien muchas otras.
Entre los años 2004 y 2006, los montos asignados a departamentos como San
Justo, San Javier, Nueve de Julio y Garay, representaron apenas el 0,1% del total del gasto. En el
otro extremo, los departamentos Rosario y La Capital fueron los mayores receptores de la inversión
provincial en obra pública, absorbiendo entre los dos casi un cuarto del total.
Por su parte, las categorías de mayor ponderación son vivienda (26,6%) y
las obras que incluyen a más de un departamento (15,7%), aclara el estudio de Fundación
Libertad.
"Esto revela la escasa participación que recibieron algunos departamentos
en este período", explican los técnicos del IEE, un equipo conformado por Salvador Di Stéfano,
Diego Marcos, Agustina Leonardi, Fernando Staffieri y Adriano Mandolesi.
Si se analiza la inversión per cápita en cada departamento se puede
comprobar el "carácter errático" de la inversión, al mostrar valores disímiles para cada uno de los
años en cada departamento.
Ponen como ejemplo el caso de Caseros, que percibió sólo 2,1 pesos per
cápita en 2004 y 157,1 pesos en 2006, mientras que la situación de Belgrano fue la opuesta, ya que
pasó de percibir en 2006 sólo el 3% de lo recibido dos años antes.
El estudio aclara que si bien algunas oscilaciones en los desembolsos pueden responder al
desarrollo propio de un determinado proyecto de inversión, "se percibe claramente que no existe un
patrón de comportamiento en la asignación de los fondos dirigidos a obras de infraestructura y
difícilmente este comportamiento irregular puede explicarse por eso", señalan.
Frente a esto, "cabe cuestionarse sobre el grado de institucionalidad que impera en las
decisiones de inversión en obra pública y los criterios utilizados por los hacedores de política
económica a la hora de asignar los fondos", cuestionan.
La explicación al "comportamiento asimétrico e irregular" en la asignación
de fondos lo aribuyen a la "falta de un estudio previo sobre las necesidades de cada distrito, el
impacto de la obra sobre la competitividad de la región, sus ventajas y desventajas, así como su
alcance en el corto y largo plazo".
Una mirada por regiones
Otro parámetro que tomó el estudio para analizar la asignación del gasto en
obra pública fue dividir en tres regiones al territorio provincial: norte, centro y sur, previa
caracterización de sus aptitudes productivas, su densidad de población, el nivel de vida de sus
habitantes y el acceso a determinados bienes y servicios.
Saldadas estas cuestiones, el relevamiento concluye que "en el período
2004/2006, en todos los años la menor participación correspondió a la región norte, mientras que la
zona centro se adjudicó, en promedio, más de la mitad de las obras públicas".
Por otra parte, "en segundo lugar, la región más favorecida fue la del sur,
que tuvo una participación media que más que triplicó a la del norte", dijo.
De todos modos, aunque el norte fue la más relegada en los montos totales,
"obtiene una invesión per cápita que es casi un 40% superior a la del sur", aclara.
A su vez, en valores por individuo, la zona centro de la provincia exhibe
los indicadores más elevados.
Esto muestra dos caras. Por un lado, "la fuerte desigualdad existente en la
asignación de la obra pública en términos regionales y per cápita y, por otro, la falta de
criterios para asignar la inversión gubernamental", precisa el informe.
Si la historia muestra una realidad poco feliz para la IRD, los números del
presente no son los más alentadores. Según el estudio, la clasificación económica del gasto para
este año indica que el 85,6% son corrientes (de consumo), mientras que el resto se destina a
erogaciones de capital, con lo cual, el primer componente supera en seis veces al segundo.
Además, los egresos de capital perdieron levemente participación en el
monto presupuestado ya que para 2008 representaban el 15%.
Una porción acotada
Por su parte, la IRD equivale aproximadamente al 10% del gasto total
estimado, un valor que se encuentra apenas por debajo de la participación correspondiente a la del
año 2008.
El relevamiento del IEE aclara que la partida "gasto de capital" incluye
además de la IRD otras erogaciones financieras, que corresponden cerca del 75% de la primera.
En concreto, de los 2.794,9 millones de pesos asignados al territorio
provincial en materia de erogaciones de capital, el 22,6% corresponde a gasto de carácter
interdepartamental y luego se ubican las inversiones dirigidas a los departamentos La Capital y
Rosario.
De este modo, la distribución de los gastos de capital presenta resultados
similares a los observados en el promedio para el trienio 2004-2006, dado que la mayor parte de la
obra está destinada a los departamentos del centro y sur (46% y 43%) mientras que al norte se le
atribuyen el 11% del total.
Por otra parte, si se analiza el gasto de capital por habitante se obtiene
que la provincia planeaba para este año un gasto de capital de 857,4 pesos por cada uno de ellos .
"Aquí se vuelven a evidenciar las significativas diferencias entre distritos", explica el
informe.
En el departamento La Capital el gasto de capital por habitante es 4,5
veces al monto por individuo atribuido a San Martín y para Rosario, la inversión será de 393,1
pesos por habitante, un guarismo que prácticamente representa la midad del promedio de los
departamentos.