Los precios del maíz y el trigo reaccionaron con bajas en el mercado de Chicago al acuerdo alcanzado para desbloquear el transporte por mar de la producción de Ucrania, país en el que quedaron retenidas unas 22 millones de toneladas de granos a raíz de la invasión rusa.
Rusia y Ucrania firmaron ayer un acuerdo mediado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Turquía para permitir la reanudación de las exportaciones al mundo de granos ucranianos y de cereales y fertilizantes rusos. Los cereales serán sacados por el mar Negro hacia el Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo, y de allí irán a los mercados mundiales. El acuerdo contempla el establecimiento de un centro de control en Estambul, con personal de la ONU y funcionarios turcos, rusos y ucranianos, que coordinará las exportaciones de granos.
Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de trigo, maíz y aceite de girasol. El precio del cereal de invierno cayó u$s 17,36 en Chicago y cerró las operaciones en u$s 278,88 la tonelada. El del cereal de verano bajó u$s 4,53 a u$s 222,14. Si bien la soja subió u$s 5,88 ayer, su precio de u$s 527,09 es casi u$s 100 menor al que tenía dos meses atrás.
Los valores de los commodities en general vienen desinflándose desde los picos alcanzados al inicio de la guerra, en buena medida por el aumento de tasas por parte de los bancos centrales del primer mundo, que indujeron la migración de fondos de inversión desde los productos primarios a los bonos.
Esta historia anunciada encuentra a los empresarios del complejo agrícola con un stock de 28 millones de toneladas de granos sin vender, por un valor de u$s 14 mil millones. Uno de ellos es la expectativa de devaluación que genera el ataque especulativo contra elBanco Central. En el medio, las cotizaciones caen y crece el riesgo de que ocurra algo similar a lo que pasó en 2014, cuando muchos vendieron a precios más bajos por esperar una devaluación adicional a la de principios de ese año, que no llegó.
Los economistas debaten si la caída de precios podría inducir al sector a acelerar las ventas. Sergio Chouza, de la consultora Sarandí, advirtió que “hay un riesgo para el sector dado que se está revirtiendo la curva de precios internacionales”. Y consideró necesario “un acuerdo político con el agro que garantice que parte del stock se vaya a canalizar a corto plazo”, y una suba de tasas ya que ello “encarece el costo del acopio y el de apalancarse a créditos o cauciones en pesos y no liquidar los stocks”.
Para el economista Alfredo Schclarek Curutchet, las dudas sobre si el Banco Central va a perder o no el control sobre el tipo de cambio oficial provocan que “cualquiera que tenga productos para exportar espere a ver qué pasa”. Si bien consideró que, desde el punto de vista individual es “un poco racional esperar y ver antes de liquidar y vender”, advirtió que esa estrategia se volvió en contra porque “el precio del trigo hoy ya está a nivel pre-guerra”.
El director de Analytica, Claudio Caprarulo, cree que tiene que haber “un acuerdo con el sector para asegurar la efectividad de cualquiera de las medidas”.
Y En tanto, Martín Burgos, economista con un master en el EHESS de París, indicó que “es posible” que el acuerdo entre Rusia y Ucrania acelere la liquidación de granos. “La baja de las retenciones por un tiempo, un mes o dos, podría ser una herramienta”, indicó.