El gobierno nacional recibirá este año desembolsos del FMI por u$s 24.240 millones, si se aprueba el acuerdo alcanzado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para refinanciar la deuda que contrajo Mauricio Macri. Esas transferencias cancelarán los vencimientos pendientes pero también permitirán aportar un financiamiento neto del déficit fiscal equivalente al 0,7% del PBI. El jefe del Palacio de Hacienda señaló, además, que en el corto plazo la Argentina sumará reservas por u$s 6.200 millones.
El Poder Ejecutivo envió ayer al Congreso el memorando de políticas económicas y financieras acordado con el staff del Fondo. Tras su aprobación parlamentaria será elevado al directorio del organismo.
El programa económico 2022/24 pactado con el organismo prevé que se desprende que el primer desembolso del organismo, previsto apenas se apruebe el acuerdo, será de u$s 9.800 millones. Esos dólares ingresarían al país a fines de marzo y permitirán cancelar el vencimiento crítico por u$s 1.900 millones, heredado del programa anterior.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que, tras los desembolsos comprometidos, la Argentina incrementará sus reservas en alrededor de u$s 6.200 millones en el corto plazo, “descontados los vencimientos con el FMI de marzo y abril”.
Para el ministro, este tema es sustancial. “Reducir la inflación es el principal objetivo macroeconómico y acumular reservas es el punto de partida”, explicó.
El memorando firmado en las últimas horas señala que el gobierno buscará fortalecer la balanza de pagos mediante políticas que “respalden la acumulación de reservas, los superávits comerciales, incentive las exportaciones netas, y las entradas de capitales de largo plazo, y preparen el terreno para un retorno a los mercados internacionales de capital en su debido momento”.
El programa contempla financiamiento externo de otros organismos por un valor de 0,4% del PIB por año, entre 2022 y 2024. También buscar un acuerdo con los acreedores del Club de París.
El acuerdo contempla un financiamiento neto del FMI al Tesoro en 2022, equivalente al 0,7% del PIB. Esto ayudará a reducir los aportes del Banco Central a 1% del PIB en 2022, 0,6% del PIB en 2023 y cero en 2024.
La política de endeudamiento doméstico, en tanto, se enfocará en fortalecer el mercado de títulos públicos en pesos. El plan apunta a obtener un financiamiento neto del sector privado en pesos al Tesoro de alrededor de 2% del PIB por año durante 2022-24.
Por el lado del ajuste del gasto, la meta es reducir los subsidios energéticos por el 0,6% del PIB en 2022. Aunque se podrá “recalibrar” en función del escenario de incertidumbre creado por las crecientes tensiones geopolíticas y la evolución de los precios de la energía a nivel mundial.
El acuerdo de facilidades extendidas que se solicita apruebe el directorio del Fondo es por un período de 30 meses y contempla un monto de 31.914 millones de Derechos Especiales de Giro, equivalente a u$s 45.000 millones (1.000% de la cuota argentina).
El acuerdo prevé superávit de cuenta corriente externa. Apuntalada por la inversión extranjera directa (IED) y la entrada de flujos oficiales netos, se espera que ayude a acumular reservas por u$s 15.000 millones a lo largo del programa. Otros ejes son:
- Un sendero de reducción del déficit fiscal con metas de déficit primario de 2,5% del PIB en 2022, de 1,9% en 2023 y de 0,9% en 2024. Pero, además, si los ingresos reales son superiores a los programadas, serán usados para reducir el déficit o aumentar el ahorro.
- El déficit fiscal se financiará “principalmente mediante una firme expansión de la deuda pública en pesos y el apoyo de la comunidad internacional”. Se eliminará el financiamiento monetario para finales de 2024.
- Se revisarán tarifas. Las subas más importantes se darán desde junio en los sectores “con mayor capacidad de pago”. El resto tendrá “aumentos por debajo de la suba de los salarios”. La segmentación se hará en base a los parámetros adelantados el jueves.
- No habrá devaluación brusca pero sí un tipo de cambio competitivo. Las tasas de interés subirán.
Inflación y actividad: las proyecciones del Fondo
El programa macroeconómico del gobierno argentino prevé una expansión económica y un proceso de desinflación estable y sostenido, con un crecimiento del PBI de entre 3,5% y 4,5%, y una inflación de entre 38% y 48% en 2022.
“Se prevé que el PBI crezca 3,5 a 4,5% en 2022 y converja a un crecimiento potencial en torno a 1,75% a 2,25% a mediano plazo”, expresó el Ejecutivo en el Memorándum de Políticas Económicas y Financieras.
Por otra parte, además de procurar reducir la inflación en un rango de 38%-48% para fines de 2022 y en cinco puntos porcentuales adicionales por año hasta fines de 2024, la estrategia de desinflación se basará en un “enfoque de varios frentes” que abarcará “políticas fiscales, monetarias y de precio-ingreso, adecuadamente calibradas”.
Se prevé que estas políticas ayuden a “apuntalar la demanda de dinero”, que, tras la caída registrada en 2021, se espera que en general se mantenga constante como proporción del PBI.
Las “metas de inflación” prevén bajas graduales, dentro de un rango de 48% a 38% para 2022; entre 42% a 34% para 2023 y del 37% a 29% para 2024.
El memorando consignó que ya “se están tomando medidas para reducir la inflación”.
El escenario base, aclaró el gobierno, “está sujeto a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengan que recalibrarse”.
La intensificación de las tensiones geopolíticas han aumentado significativamente la incertidumbre alrededor de nuestro escenario base, especialmente para los subsidios de energía.
El gobierno nacional apunta a “reducir los costos de la energía y mejorar la focalización de los subsidios”, pero manteniendo “asegurada la protección de los hogares de más bajos ingresos”, de acuerdo a los objetivos del nuevo memorando.