“Argentina no puede plantearse la perfección en la ejecución de su política económica en un contexto como este”, señaló el especialista en mercados Federico Fiscella, quien consideró, de todos modos, que las medidas económicas y financieras que encaró el gobierno de Alberto Fernández, van en el rumbo correcto.
En declaraciones al programa “La banda cambiaria”, que se emite por FM Meridiano, el analista económico destacó que ahora “hay una propuesta” que delinea “cómo se van a conseguir esos dos puntos del PBI para mostrarle al Fondo Monetario Internacional y a los acreedores el camino hacia ese superávit fiscal que quiere el ministro de Economía, Martín Guzmán”. Con la certeza de un flujo de caja para negociar con los acreedores, el gobierno irá en busca de un período de gracia, apoyado en resultados de “balanza fiscal positiva y mejoramiento en la balanza cambiaria”.
“Con la ley de solidaridad sancionada hay una primera impresión de que es posible alcanzar ese número, por ahorro del gasto y por el ingreso de los nuevos impuestos”, consideró el analista económico y financiero al tiempo que explicó que dentro de los dos puntos del PBI buscan conseguir prácticamente 1,5 punto son impuestos y el medio punto que queda es el ahorro.
El ahorro está básicamente ligado al capítulo “antipático de la medida” que tiene que ver con la suspensión de la movilidad jubilatoria. “Es algo antipático pero de alguna manera los activos no generan los recursos para poder pagarle a toda esa masa de pasivos, Argentina tiene que salir de los esquemas de indexación permanente”, detalló.
El sistema actual indexa el presupuesto pero no permite que el haber jubilatorio, aunque tenga aumento, supere a la inflación. “La idea es regular lo que va dando piso a la inflación y que la mejora del poder adquisitivo venga por la baja inflacionaria”, dijo, al tiempo que recordó la decisión del gobierno de incrementar los haberes en la base de la pirámide a través de los bonos.
“Estamos a la espera del aumento de marzo, sería ideal que eso se haga por fórmula y no por decreto pero Argentina no puede plantearse la perfección en la ejecución de política económica en un contexto como este”, indicó. Y subrayó: “Uno no puede decir que un cepo es bueno, como tampoco lo es suspender la movilidad o aumentar más impuestos, pero se trabaja con lo que se puede en una situación crítica”.
Por otro lado, Fiscella opinó que, en el capítulo impositivo, “hay que contar el cuento completo”. Recordó que Argentina es el “quinto o sexto país con mayor evasión fiscal” en el mundo y, si bien consideró que el sistema tributario local es “espantoso”, también es un “espanto el nivel de evasión”.
“Ojalá el sistema tributario se reforme, se eliminen una cantidad de impuestos y se concentre todo en impuesto a las ganancias, pero también hay que decir que Argentina bate récords mundiales de evasión”, detalló Fiscella.
El analista también defendió los mayores controles en el mercado cambiario y de capitales. “Ante esta situación de emergencia no te queda otra, es la consecuencia de la apertura indiscriminada, el juego peligroso que se plantea con el capital financiero internacional, que de golpe te hace creer que sos rico y, de otro golpe, que sos el peor alumno del curso”, explicó. Consideró que en la coyuntura, el Estado se vio obligado a hacer un torniquete. “Uno no puede festejar que le pongan un torniquete, pero si en el medio se estaba desangrando hay que agradecerle al enfermero”, ejemplificó y subrayó: “Casi la totalidad de las medidas anunciadas son cuestiones para tratar de estabilizar la situación crítica de Argentina”.