El gobierno vino en sus primeros dos años aplicando un esquema de metas de inflación, tal como indica el manual ortodoxo. La evaluación del éxito de esta política para bajar la inflación, al cabo de medio mandato presidencial, se la dejamos al lector.
Bajo este esquema, el gobierno anunció en diciembre la modificación de la meta inflacionaria, pasándola de entre el 8 por ciento y el 12 por ciento a una del 15 por ciento. A simple vista uno diría: "La meta se ha vuelto un poco más realista". Pero el BCRA no sólo modificó las metas sino que también bajó la tasa de interés, a contramano de lo que indica su mitad de la biblioteca.
¿Por qué traicionar todo el esquema? ¿Por qué Sturzenegger rompería sus manuales hasta quedar en ridículo? Muchos sostienen que el gobierno buscará a un dólar no tan apreciado que se mueva con mayor velocidad hacia arriba para no complicar más aún el enorme déficit externo.
El gobierno tiene tres grandes precios para "pisar" en busca de bajar la inflación: el dólar, las tarifas o los salarios. De hecho, la mitad de la biblioteca que no usa el gobierno, indica que el funcionamiento real por el cual la tasa de interés puede llegar a bajar algo la inflación es a través de un dólar barato o ancla cambiaria. Esta opción es a la que habría renunciado en parte el gobierno con el anuncio de diciembre. ¿Pisarán las tarifas? Evidentemente no. Queda pisar el salario. Por eso, el Estado busca una paritaria cerca del 15 por ciento sin gatillo.
Para inferir qué resultado daría para los trabajadores esta paritaria, volvamos a las expectativas de "el mercado". Estas son medidas por el BCRA en base al REM, un relevamiento entre 60 entidades que arriesgan sus pronósticos cada mes. Sistemáticamente, sus pronósticos resultan optimistas. Estas entidades pronosticaron a fines de 2016, en promedio, un 19,6 por ciento de inflación para 2017 y hoy vemos que cerró cerca del 25 por ciento.
Una de las expectativas que intentan moldear las metas de inflación son los reclamos salariales. Como un pájaro carpintero, se pican los sesos de los laburantes durante todo un año, tratando de ajustar la paritaria a la meta. En 2018, con el dólar y tarifas empujando sobre los precios, los consultores que sistemáticamente se quedaron cortos plantean que la inflación se acercará al 20 por ciento. ¿El gobierno, ofrecerá el 15 sin gatillo?