¿Se terminan los próceres en los billetes? Parece que, de cara a la celebración del Bicentenario de
la Revolución de Mayo, el año que viene, existe la idea en el ejecutivo nacional de sustituir a los
próceres argentinos como Rosas, Belgrano, Roca, San Martín (o Sarmiento por figuras nacionales más
relacionadas con los ámbitos del arte y de la ciencia. Propuestas similares ya se están llevando a
cabo en países de la región, como Chile.
Así, por ejemplo, podrían empezar a prestar su cara a los nuevos pesos figuras como Jorge
Luis Borges, Astor Piazzola, Adolfo Bioy Casares, Luis Federico Leloir (Premio Nobel de Química),
Bernardo Houssay (Premio Nobel de Medicina) y René Favaloro, entre otros. La idea es no incluir
personajes que favorezcan la confrontación.
Según confirmaron al diario El Cronista fuentes cercanas al Banco Central, la idea en la
Argentina sería empezar por el billete de $ 20. Actualmente, hay en circulación 88,1 millones de
unidades de esta serie que se caracteriza por una preponderancia del color rojo y que tiene en el
anverso a Juan Manuel de Rosas y en el reverso una ilustración del Combate de la Vuelta de
Obligado. Poco a poco, explicaron, se irían suplantando el resto de las series (de mayor tamaño),
que vieron la luz por primera vez en 1992, con el inicio del régimen de Convertibilidad, tras la
eliminación de los por entonces súper devaluados australes.
En el anverso de las series, dice El Cronista, se reemplazarían las imágenes de monumentos
por paisajes, coo una manera de foentar el turismo. De esta manera, podrían llegar a cambiarse
imágenes como la del Cerro de la Gloria (Mendoza), que adorna el billete de $5, o la del Monumento
a la Bandera (del billete de $10) por ilustraciones del Perito Moreno, las Cataratas del Iguazú; el
Tren de las Nubes, en Salta.
Cualquiera sea el caso, el reemplazo de los pesos hoy en circulación no se realizará de un
día para otro. Sino que siempre que una moneda se cambia, conviven durante un periodo relativamente
prolongado los billetes nuevos con los viejos. El recambio total de una serie puede llevar tres
años o más.