La recaudación tributaria de enero se encamina a alcanzar un nuevo récord con 20.000 millones de
pesos, impulsado por el gran nivel de consumo y el ingreso de dólares provenientes de las
exportaciones, según coincidieron fuentes oficiales y analistas privados.
El análisis de los especialistas apunta a que los ingresos tributarios
superarán el máximo de 19.621 millones de pesos que ostenta a la fecha diciembre pasado.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) tiene previsto dar
a conocer el viernes, primer día hábil del mes de febrero, la cifra oficial.
Cuando aún falta computar una semana de ingresos públicos, tanto
cálculos privados como públicos coinciden en apuntan que el IVA aportará unos 6.500 millones de
pesos por el mayor nivel de consumo y el incremento en los precios del período.
Otros 4.000 millones de pesos serán aportados por el impuesto a
ganancias, y las retenciones a las exportaciones harán lo suyo con unos 2.000 millones adicionales.
La ley de presupuesto para este año estima en 233.000 millones de pesos
la recaudación anual, lo que daría un promedio cercano a los 19.500 millones mensuales.
La cifra de enero permitirá apuntalar las cuentas fiscales que el año
pasado cerraron con un superávit de 25.670 millones de pesos, el equivalente a 3,2% del producto
interno bruto (PBI).
El resultado del año pasado se obtuvo a través de los ingresos
extraordinarios que el Estado obtuvo por los traspasos de fondos desde las AFJPs por la reforma
previsional, que llegaron al 1% del PBI, según destaca un reciente informe del Banco Central
(BCRA).
El secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, reconoció que ayudó para
lograr el superávit los fondos provenientes de los traspasos de las jubilaciones privadas al
Estado, “pero también hay que contemplar que se incorporaron 1,3 millón de nuevos
jubilados” a los gastos fiscales, como parte “de la deuda social” que el gobierno
busca cumplir.
Sin los ingresos provenientes de los traspasos, el excedente primario
habría sido de 2,2% del PBI, el menor tras la crisis de la convertibilidad, en 2002, cuando comenzó
a revertirse el rojo en las cuentas públicas.
Más allá del resultado, “este año también será sostenido en cuanto
al resultado del superávit”, aseguró Pezoa.