El diputado nacional Luciano Laspina (PRO-Santa Fe) tiene aprendido el libreto que el oficialismo intentará introducir en el debate de acá a las legislativas de octubre próximo. La intención es polarizar el electorado, confrontar modelos y también los prontuarios de sus adversarios. "Se vuelve al pasado o miramos el futuro, consolidando el cambio que inició el presidente Mauricio Macri", sostiene el legislador rosarino, quien preside la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, un cargo clave por donde pasó la mayoría de las iniciativas del Ejecutivo, luego votadas en el recinto. En octubre intentará seguir en ese lugar integrando o encabezando la lista de candidatos a diputado por Cambiemos en Santa Fe.
Para Laspina no hay lugares para los matices: es blanco o negro, sin terceras posiciones. Curiosa parábola para un proyecto político que arribó al poder con el mandato, entre otras cosas, de cerrar la famosa grieta. La fosa ideológica hoy le es funcional a Cambiemos, y por esa vía van. La "ancha avenida" del medio quedó en reparación. "Será una elección muy polarizada entre los que quieren volver al pasado y los que apostamos por el futuro. Veo más difícil posiciones intermedias en una sociedad que hoy claramente se debate en este dilema", postula el economista en una entrevista con La Capital.
—Desde principios de marzo se advierte un clima de malestar social adverso al gobierno. ¿Cómo piensan revertir eso para llegar con chances a octubre?
—Hay legítimos reclamos sociales, más después de venir de un año duro como fue 2016, cuando los argentinos empezamos a sacar de abajo de la alfombra la mugre que nos dejó el kirchnerismo. Todos los argentinos tuvimos que hacer mucho esfuerzo para enderezar esta nave. Creo que la historia le va a reconocer al presidente Macri haber evitado una megacrisis económica, como las que siempre han ocurrido en la Argentina cuando hay un cambio de régimen económico y político. Y el esfuerzo que aún hacen los argentinos está empezando a rendir sus frutos. Está comenzando a bajar la inflación y el Indec, que ahora no miente, está mostrando que hay una incipiente recuperación de la economía. Desde julio de 2016 a enero de este año se crearon 75 mil empleos formales. En ese proceso de lenta recuperación, hay sectores que quieren poner palos en la rueda, que resisten el cambio, que persisten en conservar algunos privilegios.
—¿Cuáles son esos sectores?
—Sectores ligados al kirchnerismo que están presionando a todo el arco sindical y que llevaron adelante el paro general (del 6 de abril), que fue un paro político, cuando la realidad del mercado laboral está lejos de lo que justificaría un paro nacional. Es un año electoral, es lógico que estas tensiones aparezcan, también es lógico que la sociedad las pueda procesar y que el gobierno las pueda encaminar.
—Hay mucha preocupación con lo que pueda ocurrir con Sancor, General Motors y otras fábricas que ven peligrar su producción, con pérdidas o suspensión de empleos. ¿Cuál es la política del gobierno hacia ese sector en particular?
—Hay problemas sectoriales. En el caso automotriz, por Brasil. En el caso lácteo, por la crisis mundial que afecta al sector y por problemas climáticos que ha habido. En ambos casos se está trabajando. Hay que decir que Santa Fe, por los propios datos del gobierno provincial, creció el año pasado. Es una de las provincias más beneficiadas por el plan de infraestructura y por el conjunto de decisiones económicas que se han tomado. El interior de la provincia está empezando a crecer. En el caso de Sancor, estamos tratando de darle una viabilidad económica financiera a esa cooperativa tan importante para nuestra provincia y Córdoba. El ministro de Producción (Francisco Cabrera) estuvo hablando con el intendente de Sunchales para crear una mesa ejecutiva que incorpore también a los gobiernos locales y sindicatos, y entre todos ir buscando una solución. Pero no hay soluciones mágicas. No puede haber un Estado que ponga plata ilimitadamente cuando hay 30 por ciento de argentinos en la pobreza.
—¿El gobierno se juega buena parte de su futuro en octubre?
—Más que el gobierno, los argentinos. Si volvemos al pasado, a las recetas que fracasaron, o intentamos seguir este camino, que es un camino de trabajo, de gestión, de inversión, de apostar, de hacer las obras. No es un proceso mágico, lleva tiempo y esfuerzo. La sociedad tiene que tomar una decisión: si respaldar este camino de verdad y de progreso, o volver a la ficción en la que la Argentina ha vivido de buscar caminos que no nos han llevado a buen puerto. Estamos confiados en que la sociedad va a ratificar el cambio de rumbo para no tirar por la borda este sacrificio. El presidente necesita el apoyo de la gente y mayor fuerza en el Parlamento. En octubre se elige volver al pasado o ratificar el cambio que inició Macri.
—¿Va a ser candidato en Santa Fe?
—Mi mandato vence en diciembre, porque yo completé el mandato de Miguel Del Sel cuando renunció para ser candidato a gobernador, y tengo el pedido de todo el gobierno nacional de integrar la lista para poder seguir el rol que actualmente cumplo, que es el de presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. Quiero agradecer a Del Sel y también a Lilita Carrió (CC), quienes de alguna forma también han impulsado mi candidatura.
—¿Integrará esa lista encabezándola o yendo a interna con los radicales?
—Estamos trabajando para que dentro del frente Cambiemos podamos armar una lista lo más competitiva posible, que refleje esta voluntad de cambio y esta renovación que necesita Santa Fe. Y aspiramos a que esa lista pueda ser consensuada con el resto de los sectores que integran Cambiemos, que son el PRO, la UCR, el Espacio Carrió y el Partido Fe. Esto no es imposible, pero tampoco se descarta que haya un escenario de interna.
—Aparecen, por el lado radical, los nombres de Jorge Boasso y José Corral.
—Hay dirigentes con legítimas aspiraciones. En el caso de Corral, él tiene que tomar una decisión personal: que es si abandona o no la gestión en la ciudad de Santa Fe, y también el enorme desafío de encolumnar al radicalismo dentro de Cambiemos, cosa que a nivel provincial ratifica la alianza con el socialismo. Pero aspiramos, junto a los radicales, que se armen listas de Cambiemos en Santa Fe, Rosario y en la mayor cantidad de localidades de la provincia. Es difícil establecer una alternativa de cambio en Santa Fe si el radicalismo integra el gobierno con el socialismo y no se puede constituir Cambiemos a nivel provincial. Este es el gran desafío que tenemos y vamos a trabajar fuerte de acá hasta junio y octubre.
—Ya se advierte un discurso polarizado, confrontativo...
—Será una elección muy polarizada entre los que quieren volver al pasado y los que apostamos por el futuro. Veo más difícil posiciones intermedias en una sociedad que hoy claramente se debate en este dilema.
—¿En esa dicotomía no hay lugar para los que quieran tomar la ancha avenida de medio?
—Lo veo difícil. Y también en esa avenida opositora, al propio socialismo le va a costar asumir una posición intermedia. Si planteamos bien el debate, creo que la sociedad ratificará este rumbo.