Mar del Plata (enviada especial).- El empresariado argentino espera con buena cara el año que viene, que si bien no será sinónimo de crecimiento rabioso si servirá para dejar atrás los malos recuerdos de la primera mitad de 2012 y volver a vender a buen ritmo a un recuperado mercado interno.
El aumento de ventas que prevé el 44 por ciento de las empresas irá acompañado por un mayor porcentaje destinado a la inversión, que rondará el 12 por ciento, la segunda cifra más importante de los últimos cinco años.
Esas fueron algunas de las conclusiones más importantes que dejó la presentación de la encuesta sobre expectativas de ejecutivos que cada año prepara la consultora D´Alessio para el coloquio anual de Idea.
Según estas previsiones, el 39 por ciento de los encuestados (246 ejecutivos socios de Idea) espera para 2013 un escenario similar al del segundo semestre de 2012, mientras que un 34 por ciento tiene expectativas "moderadamente o mucho mejores".
"El año que viene habrá una leve mejora del PBI que crecerá un 3 por ciento, como consecuencia de factores exógenos e internos", sintetizó el analista Dante Sica, quien mencionó el mayor ingreso de dólares que significará tanto la buena campaña agrícola como el rebote de Brasil.
Al ingreso extra de divisas, que estimó entre los 5 mil y 7 mil millones de dólares, hay que agregarle la expansión fiscal que acompaña a los años electorales y los efectos sobre el consumo de la pesificación de la economía.
"El consumo estará mejor incentivado por la inflación y por la trampa del peso, que no permite el ahorro en dólares", explicó Sica.
"Creceremos, pero sin haber resuelto los problemas que arrastramos, como la pérdida de competitividad, los flacos márgenes de rentabilidad, la inflación y el tipo de cambio", agregó el analista.
Según mostró D´Alessio, entre los empresarios locales hay confianza en que habrá mejoras durante los primeros seis meses de 2013. "Las expectativas superan la percepción del período actual", dijo.
La mejora esperada sirve para ponerle punto final a la inflexión que apareció sobre mediados de este año, cuando el grueso de los ejecutivos comenzó a desconfiar del contexto económico en niveles parecidos a los que se registraron durante la crisis entre el gobierno y el campo.
Por ejemplo, hoy el 22 por ciento piensa que sus exportaciones aumentarán, contra un 12 por ciento en junio de este año.
Este optimismo renovado tiene que ver, fundamentalmente, con la percepción de que volvió a arrancar el motor del mercado interno, como refleja el hecho de que casi la mitad de las empresas espera vender más, contra apenas un 27 por ciento al final del primer semestre de este año.
Esto se replica en la intención de inversión de las firmas, que el año entrante llegará al 12 por ciento sobre todo para desarrollar nuevos mercados o productos.
Respecto a los puntos flacos que señalaron los empresarios, las rentabilidades siguen con márgenes que consideran demasiado flacos en un contexto de alto consumo.
La encuesta señala en este sentido que el 51 por ciento de los entrevistados piensa que en la segunda parte del año perdió rentabilidad en el pulso entre precios y costos.
"Con la recuperación del mercado interno algunos sectores volvieron a tener rentabilidad, perol los márgenes siguen siendo finitos", subrayó D´Alessio.