Dos años después del acuerdo con los fondos buitre y el retorno a los mercados financieros, la Argentina sufrió una inesperada salida de capitales que desató una crisis cambiaria y elevó "peligrosamente" de 57% al 80% la relación del PIB con la deuda, advirtió un informe de la consultora Ecolatina.
Según estimaciones de la consultora el stock de deuda pública bruta rozó los 330.000 millones de dólares a fines de junio de 2018, aumentando levemente respecto del cierre de 2017. Sin embargo, el ratio en términos del Producto trepó de 57% a 80% durante la primera mitad de 2018 por el salto cambiario (54% entre fines de junio 2018 y el cierre de 2017), indicó.
"Más importante aún, la deuda pública relevante (con acreedores privados y organismos financieros internacionales) habría rozado los u$s 187.000 millones a fin de junio de 2018, escalando más de 20.000 millones respecto al cierre de 2017", alertó.
En términos del PIB, el ratio pasó de 30% a 45% en el primer semestre del año, con lo que se ubicó en escalas al promedio de las economías emergentes.
Si bien es posible que el ratio deuda producto se estabilice en el futuro, para que ello suceda se tienen que dar simultáneamente varias condiciones", alertó Ecolatina. Al respecto, señaló que para evitar nuevos aumentos en la relación, el gobierno deberá "cumplir las metas fiscales acordadas con el FMI, superar la recesión en la que ha caído la economía argentina, estabilizar el tipo de cambio real en niveles actuales y reabrir el acceso al financiamiento externo privado".
Al respecto, Ecolatina advirtió que "los inversores sólo van a volver a comprar deuda argentina cuando terminen de digerir la fenomenal emisión de bonos de 2016-2017, observen progresos en materia económica (cumplimiento de la meta fiscal, reactivación y estabilidad cambiaria)".
Además, consideró que otro factor para la llegada de capitales es que el futuro presidente sea un candidato pro-mercado. "Si el año que viene nuestro país no sale de la recesión, es probable que la economía caiga en un círculo vicioso de nuevos recortes de gastos y/o suba de impuestos para tratar de cumplir la meta fiscal, que deprimirán aún más la actividad", afirmó Ecolatina.
Desbalance
"Desfinanciamiento y deuda son responsables, desde la asunción de Cambiemos, de la expansión del déficit financiero, más allá de las explicaciones sobre el gasto que justifican las estrategias de ajuste", destaca un documento del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, que coordina el economista Claudio Lozano.
El déficit financiero ocurre cuando la necesidad de financiación de un país es mayor que los recursos existentes en la economía y, según el trabajo, desde 2015 el déficit financiero se incrementó en más de $459.500 millones: un aumento de 209%, que triplica su valor nominal; es creciente también el peso del déficit financiero en el PBI, que pasó del 3,7% al 5,2%.
En el último trienio se produjo, además, una variación en la conformación del déficit financiero: el resultado negativo de la administración se explica cada vez en mayor medida por el pago de los intereses de la deuda pública que por gasto primario (jubilaciones, transferencias, gasto público, salarios), detalló el informe. Y puntualizó, además, que en 2015 los intereses de la deuda representaban el 49% del déficit financiero total, mientras que la previsión para final de 2018 es que alcancen el 60%.
"La creciente carga sobre el presupuesto público del costo financiero de la deuda es lo que hace más deficitario al resultado final", advirtió. Además, estimó que "como los ajustes exigidos por el FMI están dirigidos al gasto primario, es esperable que esta proporción resulte aún mayor hacia el final del ejercicio 2018. Ajustando sobre el gasto primario, pero liberando los pagos financieros".
Para la entidad, "se observa es un déficit financiero creciente tanto en valores corrientes, como en su peso en la economía y una creciente carga del costo financiero de la deuda". En ese sentido, ejemplificó: al 30 de junio último, se gastó en intereses de la deuda un 70.1% más que en 2017: un total de $233.169 millones, cifra que casi triplica las inversiones en obra pública; un gasto de 57% superior al de los salarios públicos y casi cinco veces superior a lo que se transfirió a universidades nacionales.
La salida en números
Un dato destacado de estos tiempos es que durante el primer semestre de 2018 la compra de moneda extranjera para atesoramiento (a través de la cuenta Formación de Activos Externos del BCRA, FAE) sumó u$s 16.676 millones, alcanzando niveles récord de fuga de capitales. De diciembre de 2015 a marzo de 2018 por compra del sector privado para atesoramiento alcanza los u$s 50.799 millones. Si se le agrega la remisión de utilidades y dividendos, las salidas alcanzan 56.919 millones.
Si se analiza la composición de los segmentos de compra de moneda extranjera, se observa que, desde la apertura del mercado cambiario, la participación de los grandes actores (que adquieren montos mensuales superiores a los 2 millones de dólares) se ha vuelto muy relevante.
En junio de 2018, las transferencias de divisas al exterior representaron el 28% y la compra neta de billetes fue el 72% restante. El 4% de los clientes (es decir 44.560 personas sobre un total de 1.114.000 clientes) concentraron el 61% de las compras brutas de billetes (por montos superiores a 10.000 mensuales).
Al mismo tiempo que las transferencias al exterior por "operaciones en divisas" de junio de 2018 fueron efectuadas por unos 2.700 clientes, de las cuales casi el 80% del total de compras brutas fueron por montos mensuales superiores a 2 millones de dólares.
En relación con la moneda extranjera destinada al turismo, también se observa un incremento de la demanda, que durante el primer semestre de 2018 arroja la suma de u$s 5.544 millones.
Estas salidas de divisas han sido financiadas por un extraordinario endeudamiento externo, con un gran egreso por pagos de intereses, que alcanzaron los u$s 4.313 millones durante el primer semestre de 2018. Esta fuga impacta fuertemente sobre las reservas internacionales: de abril a julio se perdieron un total de u$s 16.700 millones de reservas internacionales. Cabe destacar que luego de la entrada de 15.000 millones de dólares del FMI, del día 22 de junio, ya se han perdido u$s 3.536 millones, al 20 de julio de 2018.