Pese a las críticas de representantes de la gran industria y de la oposición, en el oficialismo defendieron el impuesto a las ganancias para sociedades que impulsa el Ejecutivo, al argumentar que se trata de un tributo “progresivo” que beneficia al 90 por ciento de las empresas y sólo perjudica a los sectores más concentrados del capital.
El diputado nacional del Frente de Todos (FdT) Marcelo Casaretto salió al cruce de los cuestionamientos y señaló que la reforma está pensada para “compensar el costo fiscal” que implican los beneficios en el impuesto a las ganancias para trabajadores y jubilados.
“Estamos pensando que esta reforma de Ganancias en sociedades tiene que compensar la inversión fiscal que hicimos en la rebaja del tributo en trabajadores y jubilados y al impacto fiscal que tiene sobre coparticipación a provincias y municipios”, afirmó el entrerriano.
El texto de la iniciativa (la segunda versión que el Ejecutivo envió al Congreso en lo que va del año) prevé una rebaja en la carga tributaria para nueve de cada diez empresas.
La iniciativa oficial establece nuevas alícuotas marginales escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia neta imponible acumulada.
Para una ganancia imponible de hasta 5.000.000 de pesos, se propone que las empresas paguen una alícuota de 25 por ciento; entre $5.000.000 y $20.000.000, un 30%, y finalmente, sobre ganancias superiores a $20.000.000, un 35%.
En la reforma tributaria de 2017, durante el gobierno de Cambiemos, se había dispuesto que a partir de 2020 la alícuota sería de 25 por ciento para todo tipo de sociedades, en lugar del 30% que había previamente.
Sin embargo, esa rebaja se suspendió a fines de 2019, en el marco de la sanción de la ley de emergencia y solidaridad social, manteniendo el 30 por ciento para sociedades.
El esquema significa que la mayor presión tributaria recaerá exclusivamente en el segmento de empresas con mayores ganancias declaradas.
Fundamentos
Casaretto subrayó que la propuesta del oficialismo es “progresiva en la distribución del ingreso” y consideró que la reforma tributaria que el macrismo aprobó en 2017 fue “de una irresponsabilidad total”, porque la rebaja en la recaudación a las grandes empresas tuvo como contrapartida un “endeudamiento masivo” del Estado.
“El esquema que propuso el ex presidente Mauricio Macri fue bajar el impuesto a los sectores más poderosos y aumentarles a los sectores más vulnerables. En Ganancias de personas incorporó más de un millón de trabajadores y jubilados. Por otro lado, asumió una baja gradual para para sociedades, aún para las que más ganan”, recordó.
“Fue una decisión totalmente regresiva en la distribución del ingreso, similar a la que tomó Donald Trump en Estados Unidos sobre la base de que había que liberar de Ganancias a los que tenían grandes capitales porque, al acumular, ellos iban a invertir más y generar riqueza”, agregó el legislador.
Al respecto, dijo que en la Argentina las empresas que se vieron beneficiadas “fugaron” esas ganancias adicionales al exterior, y “la lluvia de inversiones de Macri nunca llegó”.