Esta veloz recuperación del consumo que trajo aparejado nuevos hábitos de vida
dejaron una huella muy profunda entre los argentinos, quienes pese a la percepción de una crisis
internacional no resignan los estándares adquiridos. A cambio, buscan "estrategias novedosas" para
sostener cierta calidad de vida urbana y abarca —con matices— a todo el universo de
estratos socioeconómicos.
En ese universo se inscriben desde la educación de los hijos (especialmente la
educación privada) hasta ciertos bienes ligados con la tecnología, especialmente acceso a internet
y telefonía celular, y la obra social. Estos dos últimos esencialmente en los estratos medio y
medio alto.
Una muestra de que la crisis actual está mucho más vinculada con la
incertidumbre que con una realidad concreta es la conducta que asumieron los argentinos en el
último semestre de este año. Según el informe de IAE y CCR, en noviembre de este año el 40 por
ciento de los consumidores señaló que modificó sus hábitos de consumo respecto del año anterior (15
por ciento mucho y un 25 por ciento bastante), mientras que en septiembre de 2002, el 92 por ciento
había cambiado sus hábitos.
En el otro extremo, el 31 por ciento de los consultados el mes pasado sobre el
tema, señaló que no modificaría nada sus hábitos, mientras que en septiembre de 2002 apenas el 2
por ciento respondió de esa forma.
Diferentes escenarios
El relevamiento hace un paralelismo sobre la actitud del consumidor argentino
frente a la crisis de 2001/02 y la actual y aplica los mismos parámetros de la macroeconomía para
elaborar un diagnóstico inicial.
Así, señala que mientras en 2002 el desempleo era del 25%, ahora apenas llega al
8% y el escenario previo entonces era de 3 años de recesión, mientras que ahora es de 6 años de
crecimiento. Por otra parte, explica que el clima social en 2002 era de "pánico", mientras que
ahora puede definirse como de "incertidumbre". Además, el poder adquisitivo entonces estaba
"destruido" y ahora "disminuido".
Respecto de las variables macroeconómicas, en 2002 el dólar, era de 1 a 4 pesos
y ahora de 3,10 a 3,35 pesos y el índice de confianza del consumidor entonces alcanzaba los 40
puntos y ahora también está en ese rango.
Finalmente, considera que hace seis años el consumidor estaba "abrumado" y ahora
"recargado".
Este contexto permite entender las reacciones de los argentinos frente a esta
nueva crisis y su reticencia a retroceder varios casilleros. "Luego de vivir un año fuertemente
conflictivo y ante la proximidad de nuevos momentos difíciles se registra un anhelo de cohesión, de
diálogo, de consenso, de racionalidad y pragmatismo", indica el estudio, todo esto para "dar
soporte a un objetivo común que es perder lo menos posible de lo conseguido y no volver a 2001/02",
afirmó.
Lo que se viene
Con esa premisa el estudio considera que "2009 será un año difícil y distinto" donde el mercado
cambiará y pasará de "la lógica de la demanda a la lógica de la oferta", un proceso que se aceleró
a partir del último trimestre de 2008.
El consumidor fijará nuevas estrategias para seguir adquiriendo bienes, tanto
recicladas (de otras experiencias como el 2002) como novedosas a partir de la adopción de nuevas
pautas en los últimos años.
"Las estrategias recicladas están basadas en: la discriminación y elección
"racional" entre la amplia oferta de canales y retails (utilización de diversos canales, valoración
de acuerdo a ofertas y promociones) y la búsqueda de alternativas (salidas gratuitas, ir a cenar a
otras zonas, al cine en días de descuentos, etc.) utilizadas en todos los niveles socioeconómicos
(NSE), altos, medios y bajos.
En cambio, las estrategias novedosas están basadas en:
Cconsumo de productos marcados con precios oficiales: para eso se buscan también
los canales que ofrecen esta alternativa. Especialmente encarado por el nivel socioeconómico
bajo.
Uso informado de tarjetas de crédito y débito: a diferencia de la crisis de
2001, y a pesar de que no se confía del todo en el sistema bancario, se utilizan los beneficios que
éste ofrece (tarjeta de débito devuelve el IVA, compra en el súper, descuentos con determinadas
tarjetas, etc. (NSE bajo, medio y alto).
Acceso de bajo costo a través de las posibilidades que brinda la tecnología
digital (bajar música y películas de Internet, comprar DVDs copiados, etc. (NSE medio y alto).
Actitud de prosumidor: se reclaman activamente los beneficios que se esperan de
las empresas y sus servicios (cable, internet, telefonía móvil).
Procurar alternativas autogestionadas y autosustentables acordes a tendencias
imperantes: practicar deportes por cuenta propia o transportarse en bicicleta, como ejemplo.
La patria doméstica
Otra expresión de que la crisis tiene fuertes componentes de expectativas —incertidumbre
sobre el futuro— que de realidad concreta en los bolsillos quedó demostrado en el informe de
IAE y CCR. En la encuesta, los consumidores expresan una fuerte diferencia entre lo que ocurre en
el país y la situación dentro de sus hogares. Así, en noviembre de 2007 el 18% de los consultados
consideraba que el país estaba en una situación muy buena, pero ese rango subía al 44% de los
hogares (una diferencia de 26 puntos).
En noviembre de este año, cayeron las percepciones positivas sobre el país, ya
que sólo 9% considera que la situación es buena o muy buena, pero en cambio no se modificó
sustancialmente la apreciación sobre los hogares, ya que el 40% cree que su hogar estará en una
situación muy buena o buena.
En el otro extremo, mientras en noviembre de 2008 el 50% de los consultados
consideró que la situación del país será mala o muy mala, sólo el 14% de los hogares se ve en esa
situación.
El impacto por sectores
De todos modos, el impacto no es homogéneo en todos los sectores. Según el relevamiento del
tercer trimestre de este año elaborado por la consultora Latinpanel, "los hogares de mayor poder
adquisitivo de la sociedad argentina fueron los únicos que mantuvieron una variación positiva del
volumen de consumo en el trimestre (+3%)" mientras que "los hogares pertenecientes a los segmentos
medio, bajo y marginal no pudieron sostener sus volúmenes y retrajeron sus compras 2%, 9% y 3%
respectivamente.
Según explicaron, "los hogares de nivel socioeconómico bajo fueron los más
castigados", dijeron y explicaron que "sin capacidad de ahorro, su gasto trimestral de 780 pesos en
la compra de la canasta básica no llegó a contener los incrementos de precios y las medidas del
gobierno resultaron insuficientes para ellos".
El relevamiento de consumidor de CCR y IAE, el 46% de los consumidores considera
que su poder adquisitivo (a noviembre de 2008) se mantendrá igual, mientras que otro 46% cree que
será bastante o mucho menor (36% y 10%). Aquí las diferencias se expresan de acuerdo al nivel
socioeconómico.
Mientras 52% del segmento ABC1 y C2 (alto y medio alto) considera que estará
igual que el año pasado en cuanto a poder adquisitivo, esto decae al 42% en el segmento C3 (medio
bajo) y al 41% en el D1 y D2 (bajo)
En tanto, mientras el 42% del sector más alto cree que su situación será
bastante o mucho menor, esto sube al 47% en el sector C3 y crece al 54% en el segmento de bajos
recursos.
De cara al futuro, las previsiones positivas cayeron. Así, apenas el 28% de los
consumidores considera que la situación económica del país en el año próximo (comparándola con la
actual) será mucho mejor o mejor. Esta percepción la tenía el 43% en noviembre de 2007 y el 73% en
octubre de 2003.
Al mismo tiempo, el 36% el mes pasado consideró que estará mucho peor o peor , mientras que hace
un año tenían esa percepción el 19% y sólo un 10% en octubre de 2003.