Los bonos soberanos que ajustan por inflación, es decir aquellos que evolucionan en función de un coeficiente atado a la evolución de los precios minoristas difundida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), dieron ayer un notable salto que superó el 20 por ciento, lo que representó una muestra más de la respuesta positiva del mercado a la presentación del nuevo Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNU) que realizó el gobierno ayer.
El IPCNu, indicador a partir del cual el Indec medirá ahora la evolución de los precios en base a seis canastas regionales y relevando diariamente más 235 mil precios en unos 13 mil locales de todo el país, recibió un respaldo generalizado por parte de los referentes políticos y económicos, no sólo de la Argentina sino del resto del mundo, que venía cuestionando la intervención del organismo estadístico y la poca credibilidad de sus cifras de inflación.
La reacción estuvo vinculada esencialmente al sinceramiento del proceso inflacionario por parte del gobierno, que venía negándose a hablar del tema. De hecho, el indicador marcó ayer que el incremento de precios en el mes de enero alcanzó el 3,7% el más alto en doce años, desde mayo de 2002.
En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el bono Discount en pesos escapó ayer un 21,90%, el PAR en pesos sumó 15,40%, el Cuasipar saltó 14,80% y el PR13 subió 7,8%.
También las acciones acompañaron esta tendencia con una suba promedio del 2,24% para el lote de las 14 empresas líderes.
La cotización del Discount, el título emitido durante el segundo canje de la deuda externa argentina en 2010, se ubicó en 237 pesos al cierre de la jornada por cada unidad nominal.
Pero además todos los títulos en pesos mostraron una marcada tendencia alcista sostenidos por una “robusta corriente compradora”, indicaron los operadores de la plaza bursátil así como también dieron cuenta de “cierta renuencia vendedora que exigía un precio más alto en cada sucesiva transacción”.
En rigor, la cotización de estos títulos se encontraba atrasada respecto de la verdadera evolución de los precios en la economía argentina y, en general, a los niveles de sus costos medidos en dólares debido al atraso cambiario que, en principio, fue ajustado con la reciente devaluación del peso en enero pasado.
“El sinceramiento debería ser acompañado por más señales de compromiso. No porque se le quiera «correr el arco» continuamente al gobierno, sino porque padece un severo déficit de confianza, que sólo podrá ser resuelto con tiempo”, dijo la consultora Management & Fit en un reporte que ayer circuló con antención en el mercado.
El termómetro y la fiebre. Justamente fue esa decisión de reconocer el proceso de aceleración de precios lo obtuvo el aval por parte de referentes tanto cercanos al gobierno como de la oposición.
Ayer el economista Aldo Ferrer destacó que el nuevo índice de inflación de precios “va a dar un horizonte previsible, que permita discutir salarios con sensatez”.
“Este índice es confiable. Estuvimos discutiendo durante mucho tiempo si el termómetro que medía la fiebre era bueno o malo y no nos ocupábamos de la fiebre. Si es sólido, hemos dado un gran paso”, sostuvo Ferrer, al evaluar el nuevo IPCNU.
Ferrer indicó además que “si se considera que el ajuste del tipo de cambio, creo que el sistema económico absorbió la devaluación con una influencia menor en los precios”.
“El ajuste cambiario fue muy fuerte el mes pasado y desde esa perspectiva este índice inflacionario es alentador, porque se puede entrar en un panorama positivo para que bajen la tasa de inflación y la fuga de capitales”, añadió.
El ex director del Indec, Víctor Becker, destacó que el nuevo índice “es un paso hacia adelante”, ya que “insistir con una inflación baja hubiera sido ridículo”.
“Ajustaron el relato a la realidad. Más adelante podremos tener un ajuste político para demostrar que se está ganando la batalla contra la inflación”, sostuvo.
Becker destacó que “lo que cambia radicalmente el panorama es que ya no se puede discutir si existe o no la inflación. Ahora el 100 por ciento de los economistas tenemos el mismo diagnóstico y hay que discutir qué se hace con ese índice”.
En tanto, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, destacó que con el nuevo índice el gobierno haya reconocido que “la tasa de inflación es tres veces la que venía diciendo” , aunque advirtió que los “técnicos” que lo elaboran “no generan mucha confianza”.
En el mismo sentido, el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, vaticinó que la inflación de este mes será tan alta como la del anterior, que llegó al 3,7%, y dijo que con el nuevo índice, el gobierno “empieza a blanquear la realidad”.