“Hacen lo contrario a lo que dijo Maquiavelo, según quien, para que un político conserve el poder, tiene que hacer el daño de entrada y el bien de a poco. El kirchnerismo hizo el bien de a poco y el mal al final, y ese es un gran riesgo político”, graficó el economista, que estuvo en Rosario invitado por la Fundación Apertura.
Oscilaciones. Según el economista el primer trimestre de 2014 “fue bastante difícil de pasar”, al haberse combinado los efectos de la devaluación, la inflación (que estimó en un 38% anual) y la fuerte suba de las tasas de interés, un combo que le puso freno brusco al consumo.
Aún así, aclaró que a pesar de haber sido un trimestre malo tampoco se cayó en recesión, ya que según estimó el promedio de la actividad para los tres primeros meses el año terminó con una leve suba del 1% respecto a igual período del año pasado.
El segundo trimestre, en cambio, presenta una mejor perspectiva en primer lugar como consecuencia del ingreso de divisas por la liquidación de la cosecha gruesa.
En ese sentido, explicó que si bien se espera que la producción de maíz sea equivalente a la de la campaña pasada, el volúmen final de soja tendría una mejora de alrededor del 10%: “la soja dará un 10% mas y eso ya implica un aumento importante para el agro, así como movimiento en los pueblos pampeanos”.
A los agrodólares se le sumará el efecto de los aumentos post-paritarias sobre los salarios. lo que servirá para recuperar la demanda del consumo, muy parada por la fuerte suba de los precios durante las primeras semanas del año.
En ese sentido dijo que los aumentos rondarán el 30%, lo que da como resultado una pérdida de salario real de alrededor de 3 o 4 % en el año para el sector privado.
En el sector público, consideró, esa pérdida puede ser aún mayor, lo que provoca una licuación del gasto público en términos reales. “Ese gasto era exagerado y nadie ponía un freno, ahora ya no se puede pagar, ya es un hecho consumado porque no hay de donde sacar plata salvo que se emitan las cuasimonedas en las provincias, pero eso sería muy negativo”.
Después de ese repunte, Ferreres vaticinó una segunda mitad del año chata donde no habrá “ningún incentivo” para un aumento de la actividad, tanto por agotamiento del poder de compra de los salarios como por la persistencia de tasas altas.
“Las tasas de interés altas que sirven para protegerse de las corridas cambiarias ya son positivas en términos de inflación o de dolar”, explicó.
Este dato impacta muy fuerte sobre las empresas que tienen que pedir dinero, “que son casi todas”, y por esa razón desde su visión el segundo semestre sera difícil ya que “no hay ninguna actividad que se prevea que vaya a aumentar en esa parte del año”.
“El semestre bueno es éste, mejor dicho la segunda parte de éste, despues quedará todo parado”, sintetizó, para agregar que según las estimaciones elaboradas desde su consultora el año terminaría con un nivel de crecimiento del PBI no mayor al 1%.
Precios, dólar y salarios. La suba de los precios seguirá siendo una de las variables macro a seguir muy de cerca durante el año 2014. Según estimó el economista, después de los fuertes incrementos que siguieron a la devaluación del peso la tendencia inflacionaria se suavizará un poco.
“Todavía vemos las repercusiones del traslado a los precios de la suba de costos, pero lo viene ahora será el impacto del costo financiero y de los costos salariales”, dijo, para aclarar que a partir de ahora la inflación ya no estará mas apalancada por el lado de la demanda, si no por el lado de los costos.
Al respecto subrayó que hay que tener en cuenta que el nivel de los precios internos sube “porque hay mas costos salariales, mas costo financiero y mas costo de las tarifas, el consumidor tiene que pagar mucho mas”.
Ferreres ponderó las políticas llevadas a cabo por el nuevo director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Juan Carlos Fábrega, quien recortó la expansión de la base monetaria desde un 40% hasta un 19%. “Por el lado monetario estamos muy bien porque es menor que la devaluación y que la inflación, con el tiempo eso tiene que apaciguar los precios”, dijo.
Respecto al tipo de cambio, el economista consideró que “se seguirá devaluando de a poco” y que la paridad dolar-peso se seguirá corrigiendo con microdevaluaciones como venía ocurriendo hasta diciembre pasado.
En ese sentido, pronosticó que para finales de año y siguiendo esa línea la divisa estadounidense costará entre 9,50 y 10 pesos. “Hay que devaluar según los costos internos, si no otra vez quedamos mal para exportar, y lo que falta son divisas”, sentenció, para agregar que ya no se puede utilizar el tipo de cambio como palanca antiinflacionaria.
Atado al ingreso y egreso de divisas está el tema de las reservas del BCRA, un flanco que la gestión kirchnerista descuidó y que terminó con el cambio de mando en esa entidad financiera.
Según la visión de Ferreres, a pesar de que el Ejecutivo decidió “proteger” 2.900 millones de dólares que se iban a entregar con el cupón del PBI, aún así desde su consultora calculan que el nivel de reservas caerá en alrededor de 9 mil millones durante este año.
“Hay mucha deuda pública que pagar con vencimientos por 6 mil millones, y los privados tienen otro tanto. A eso hay que sumarle que el turismo da negativo porque aún con este tipo de cambio la gente viaja, los servicios también son negativos, y solo da positivo el balance comercial, hasta ahora”.
Respecto al financiamiento externo, el analista se mostró prudente al considerar que si bien las intenciones políticas del gobierno cambiaron, no es fácil desandar el camino. “No es fácil tampoco porque no arreglamos con el Club de París, ni con el Fondo que es el auditor internacional de todos los bancos. Tenemos que hacer todo lo que dijimos que no íbamos a hacer”, resumió.
Escenario político. Para Ferreres, las medidas económicas dispuestas desde la administración central durante los últimos tres meses ponen al gobierno en una situación incómoda ya que “todo lo que había dicho que no iba a hacer, al final es si”.
Apelando a los clásicos de las ciencias políticas, describió: “hacen lo contrario a lo que dijo Maquiavelo, según quien para que un político conserve el poder tiene que hacer el daño de entrada y el bien de a poco. El kirchnerismo hizo el bien de a poco y el mal al final, es un riesgo grande político, es lo contrario de lo recomendable. No se puede ser bueno y despues malo, es mejor al reves”.
En relación con lo que se viene, estimó que cualquiera de los candidatos que presenta el abanico opositor son “moderados razonables”. A modo de ejemplo, dijo que a ninguno se le ocurriría “no ajustar tarifas durante 12 años para despues subirlas un 400%”.
“Son gente sensata que no arriesga y que hará todo gradualmente, no hay ninguno ni como Kirchner ni como Menem, que decidían sin preguntar a nadie. Todos son moderados y eso es lo que elige la sociedad. No son lo óptimo pero respetan las normas, solo con hacer las cosas promedio Argentina tiene buenas perspectivas”, afirmó. •