El gobierno nacional tiene planeado intensificar durante esta semana sus gestiones para lograr una mayor aceptación a su propuesta de pago a los holdouts, a pesar del rechazo manifestado por los fondos administrados por Paul Singer a la propuesta de quita de un 25 por ciento.
De esta manera, la administración de Mauricio Macri espera que más acreedores se sumen y acepten su propuesta presentada la semana pasada, para terminar con un largo litigio en los tribunales de Nueva York.
Ayer se conoció que un grupo de holdouts presentó al juez de Nueva York, Thomas Griesa, un pedido para que mantenga la medida cautelar, que los iguala con quienes ganaron el pleito contra la Argentina, hasta tanto las autoridades nacionales negocien con ellos o alcancen un acuerdo de pago.
Se trata de un grupo de ocho acreedores con acciones de clase que requieren ser alcanzados dentro de la propuesta presentada por la Argentina la semana pasada.
En su nota, los holdouts piden al magistrado que "no levante las medidas cautelares a menos que o hasta tanto la Argentina alcance términos de pago aceptable por todos los acreedores".
Los holdouts manifestaron que "aún en el caso de que el juez levantara en todo o en parte, la medida cautelar para los fondos beneficiados por el fallo, ellos volverían a pedir una nueva medida cautelar" que proteja sus intereses.
El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, había afirmado días atrás que esperaba que "los acreedores más duros hicieran algunas concesiones durante los próximos días".
En tanto que el presidente de Aurelius, Marcos Brodsky, emitió un comunicado señalando que las diferentes condiciones ofrecidas a los inversores "han dejado a las dos posiciones lejos de un acuerdo", según reportaron agencias internacionales.
El objetivo del gobierno es tratar de resolver la crisis con los holdouts en el menor tiempo posible, para poder mejorar su calificación de riesgo soberano y de esa manera acceder con menor costo a los mercados financieros internacionales.
Casos particulares. Los fondos Montreux Partners y Dart Management administrados por Kenneth Dart aceptaron la oferta, que contempla el pago en efectivo con fondos provenientes de la emisión de nuevos títulos públicos que serán colocados en los mercados de capitales.
Sin embargo, cuatro de los principales acreedores, liderados por los fondos de inversión administrados por Paul Singer, rechazaron la propuesta realizada por Argentina.
Elliott Management, Aurelius Capital Management, Davidson Kempner Capital Management y Bracebridge Capital —con fallo favorable en los tribunales neoyorquinos— rechazaron la oferta argentina por considerarla insuficiente.
Un acuerdo con estos fondos es de vital importancia para que la Argentina pueda acceder a los mercados internacionales de crédito en condiciones financieras normales.
Argentina permanecerá bloqueada fuera de los mercados de bonos internacionales hasta tanto no se haya resuelto el litigio, lo cual podría limitar la atracción de inversión extranjera.
La propuesta del gobierno diferenció entre tres tipos de bonistas distintos: holdouts con sentencia en la justicia norteamericana, acreedores que no alcanzaron a tener fallo, y a los que tienen títulos de una jurisdicción distinta a Nueva York.
Para este último caso —acreedores con títulos bajo ley inglesa, alemana y otras—, la oferta prevé un pago equivalente al 150 por ciento del capital total, similar a lo que se preacordó con el grupo de bonistas italianos durante la semana pasada.
Para los bonistas con fallo "pari passu" en la justicia de Nueva York (holdouts más el grupo de "me too" reconocidos por Griesa y la Corte de Apelaciones), la propuesta es pagar el monto total del capital más intereses acumulados con un quita sobre ese total del 30 por ciento.
Para bonistas sin fallo al 1 de febrero de este año, la oferta reconoce el valor devengado del reclamo menos un descuento del 30 por ciento.
Los acreedores con títulos con legislación de Nueva York tendrán una quita del 27,5 por ciento.
Se calcula que, de acordar con la totalidad de los holdouts, el monto total a pagar sería de 6.500 millones de dólares. Sin embargo, la propuesta no convence a los fondos controlados por Paul Singer.