Mientras procesa las repercusiones del acuerdo alcanzado para reestructurar la deuda externa, el gobierno ya analiza la estrategia para renegociar el préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la administración de Mauricio Macri. Guillermo Nielsen, presidente de YPF, advirtió que esas negociaciones serán muy duras, mientras que el director por el Cono Sur ante el organismo, Sergio Chodos, agregó: "No me imagino que sea rápida".
El gabinete económico celebró ayer el acuerdo alcanzado con los grupos que reúnen las mayores tenencias de bonos argentinos emitidos en dólares bajo legislación extranjera. A la par que repasaban el paquete de medidas para la pandemia y la pospandemia, los colegas del ministro de Economía, Martín Guzmán, le regalaron un prolongado aplauso por la estrategia de negociación con los bonistas.
Economistas que saben del tema, como el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, destacó la negociación que llevó adelante el ministro frente a los grandes monstruos de las finanzas internacionales, como BlackRock. Dijo que tuvo "un doble mérito", porque se realizó en el medio de una situación internacional "mucho más compleja" de lo que era en 2005 ó 2010. El actual titular de la petrolera estatal fue uno de los negociadores de la reestructuración de la deuda defaulteada en 2001, cuando la Argentina logró acordar el pago de sólo un dólar por cada cuatro que se debían.
También Chodos, director para el Cono Sur del FMI, elogió el proceso de negociación y acuerdo. Recordó que el promedio de este tipo de negociaciones "es de 13 meses y en este caso fue bastante menos, con algunos datos inéditos, por ejemplo, una renegociación de deuda tan potente fuera del marco de un acuerdo con el FMI".
Mencionó luego aspectos técnicos, como que la renegociación se enfocó más en los intereses que sobre el capital, "es decir, sobre la carga de la deuda, en una dinámica que después hace que todo se transforme en una bola de nieve".Consideró que "más allá de que hay un componente importante de alivio en los primeros cuatro años y un cronograma de vencimientos liviano en los primeros ocho, hay que tratar de poner en línea la deuda a la capacidad de pago e ir migrando hacia una deuda en pesos".
El acuerdo, agregó, "va a permitir un aflojamiento de la presión sobre el tipo de cambio" porque "se quita un elemento importante en la demanda de dólares de la República para enviar al exterior, y eso impactará en la percepción de los mercados sobre los flujos que podrían venir o no salir". Además, continuó, "se da una guía a las provincias en su propia renegociación de deuda, y les permite una descompresión a las empresas que cotizan en Estados Unidos".
Sobre la próxima negociación con el FMI dijo: "No me imagino que sea rápida, va a ser larga y sustanciosa, pero no hay una prisa específica ya que el primer vencimiento de capital con el organismo es en septiembre de 2021".
Chodos resaltó que el FMI "no es una banca de desarrollo, sigue siendo el Fondo, pero algunos aprendizajes han tenido; por ejemplo, sobre el ajuste fiscal hay una clara idea de que hay un límite a lo que es social y políticamente sustentable".
Para Nielsen, si bien esta conducción del Fondo tiene "una mayor sensibilidad social", sería "un cuento de hadas" pensar que el organismo no impondrá condiciones. "El FMI siempre ha sido o durísimo o duro", añadió.
Pablo Albina, directivo para Argentina y Uruguay del fondo de inversión Schroders, consideró que el acuerdo con los tenedores de bonos globales "debería ayudar también a varias provincias a cerrar sus procesos de reestructuración en los próximos meses". Según el analista, la negociación de un nuevo acuerdo y plan consensuado con el FMI va a centrar la atención en el último trimestre.
Para Ahmed Riesgo, de Insigneo, los bancos centrales del mundo están inundando el mercado con dólares que "tienen que ir a algún lado, y en el corto plazo invertir en la Argentina es algo atractivo y seguirá habiendo demanda para su deuda".
El día después del acuerdo, el riesgo país retrocedió 4 por ciento, hasta los 2.027 puntos básicos, como respuesta al buen rendimiento que mostraron los títulos públicos nominados en dólares tras el acuerdo anunciado ayer con los acreedores, mientras la Bolsa porteña cayó 2,28 por ciento por una toma de ganancias luego de la importante suba que se dio en la jornada del lunes.
El dólar oficial subió 19 centavos con respecto de la víspera y, si se aplica el 30 por ciento de recargo del impuesto País, se acerca a los $ 100. En apenas tres jornadas que van de agosto, el dólar turista acumuló un alza de 65 centavos.
Blackrock
Blackrock y otros trece fondos formalizaron la aceptación de la oferta argentina de canje de deuda y señalaron que el acuerdo “proporcionará un alivio en pagos de deuda de u$s 37.000 millones en los próximos nueve años”. En un comunicado, dijeron que la oferta final contendrá “modificaciones en el marco legal que son lo último en la documentación de bonos soberanos”.