El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, remarcó ayer que la deuda pública alcanza al 8% del Producto Bruto Interno y requiere “sólo del 0,2% del PBI de esfuerzo fiscal para no crecer”, por lo cual aseguró que “no es insustentable”.
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, remarcó ayer que la deuda pública alcanza al 8% del Producto Bruto Interno y requiere “sólo del 0,2% del PBI de esfuerzo fiscal para no crecer”, por lo cual aseguró que “no es insustentable”.
El debate en torno a la insustentabilidad de la deuda en pesos se generó luego de que la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio emitió un comunicado advirtiendo que el gobierno nacional dejaría “una bomba” en materia de endeudamiento. También economistas de la oposición lanzaron por redes sociales fuertes críticas contra la actual gestión por el manejo de la deuda.
El tema se instaló con fuerza en el debate del año electoral y generó los primeros escarceos entre oficialismo y oposición en torno a los modelos económicos en disputa.
La semana pasada el secretario de Industria, José De Mendiguren pidió “un poco de respeto” a la oposición y los acusó de “ser especialistas en dejar bombas” como “ocurrió en 2001 y 2019”.
Frente a la escalada del debate, a través de la red social Twitter, Rubinstein les volvió a responder a sus pares. “Estimados colegas ¿cómo una deuda del 8% del PIB, que requiere sólo de 0,2% del PIB de esfuerzo fiscal para no crecer, es catalogada de insustentable?”, dijo y arengó “¿Si para que la deuda no crezca más, buscamos todos, como política de Estado, aprobar un presupuesto sin déficit fiscal primario?”.
En su tuit, Rubinstein arrobó al ex ministro de Economía del Gobierno de Mauricio Macri Hernán Lacunza, al diputado de Juntos por el Cambio Luciano Laspina, al ex ministro de Economía del gobierno de Fernando de la Rúa Ricardo López Murphy y al economista Eduardo Levy Yeyati.
“Y si el problema son los vencimientos 2023 ¿Por qué no cambian discurso? ¿Qué tal si dicen que de ninguna manera piensan reperfilar? Y así nos ayudan a diluir, ahora, las torres, y a bajar tasa de interés, para 2025, 2026, 2027, 2028, 2029, 2030. Si ganan, será bueno para ustedes. Y en todo caso será bueno para el país”, remarcó.
De esta manera, Rubinstein prosiguió así con una serie de declaraciones iniciadas el martes cuando afirmó que “cuidar el sistema financiero y mercado de capitales local es prioritario” para el gobierno y que, por ello, la actual gestión trabaja en hacer crecer la demanda de activos en pesos, en lugar de endeudar a la Argentina en moneda extranjera a corto plazo, a tasas de interés cercanas al 7,5%, como hizo la administración de Mauricio Macri.
Rubinstein sostuvo que a diferencia del período 2016/2019, “en que se emitía mayoritariamente deuda en dólares, hoy el mercado de deuda en pesos constituye la principal fuente de financiamiento del Tesoro”, mientras que la asistencia del Banco Central (BCRA) al Tesoro “representó sólo el 20% del financiamiento en pesos, destacándose que durante el segundo semestre de 2022 se realizaron cancelaciones parciales de la deuda en pesos con el BCRA”.
“Este gobierno no sólo no se endeudó con el exterior, sino que además reestructuró más de u$s 100.000 millones de títulos de deuda en moneda extranjera, renegoció el préstamo stand-by de 2018 con el FMI por más de u$s 44.000 millones. Y también se arribó a un nuevo acuerdo con el Club de París y se reconstruyó el mercado de deuda en pesos luego de su reperfilamiento (defaulteado) por el gobierno anterior en 2019”, remarcó Rubinstein.
El economista Emmanuel Álvarez Agis respaldó el argumento de Rubinstein y subrayó que la deuda en pesos que posee el país “no representa ningún problema”, al tiempo que cuestionó la “gravedad e irresponsabilidad” del comunicado emitido por Juntos por el Cambio.
“La deuda en pesos, desde el punto de vista técnico, no representa ningún problema para la Argentina”, afirmó el también ex viceministro de Economía. Indicó que esa posición es compartida por “economistas de la más variada orientación ideológica”, incluido el ex titular del Palacio de Hacienda, Domingo Cavallo.
Además, subrayó que el propio FMI considera que dicha deuda “es sostenible”, en el marco del “programa financiero avalado” que posee el país con el organismo.
“Si la deuda no tiene ningún problema técnico y es absolutamente pagable, lo que uno puede deducir es que Cambiemos (Juntos por el Cambio) busca que el gobierno tenga una crisis financiera donde la deuda se hace pomada”, señaló.
En caso de ocurrir dicha situación “el dólar se va al demonio y Cambiemos evidentemente obtiene un beneficio, no sólo electoral, sino económico político, porque el programa que quiere aplicar y no quiere protagonizar de devaluar el dólar hasta alcanzar el paralelo y de bajar el gasto público, lo hará el mercado al gobierno”, dijo.
“No puede ser que la oposición apueste a que le explote la economía a un gobierno para ganar las elecciones”, se lamentó.
Respecto de esto último, indicó que los tenedores en deuda en pesos desconfían de un hipotético gobierno de la fuerza opositora. “Quieren evitar es que la deuda la tenga que pagar el próximo gobierno si ese fuera Cambiemos, porque arrancó en 2015 con un default de deuda en pesos y se fue con un default de la deuda en pesos”, recordó.
Agregó que “por eso todos los vencimientos de la deuda en pesos terminan en octubre” porque “no es que la gente tenga miedo que Cambiemos tal vez decida no pagarle, sino que ya pasó que no le pagó”.
Advirtió que un default pondría “en crisis la cadena de pagos de la Argentina”, porque “la plata de la deuda en pesos no es plata de los especuladores o s buitres sino de las compañías para pagar los sueldos”.