El economista rosarino Antonio Margariti consideró que el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) "exige que la clase política se apriete el cinturón y haga el ajuste que nunca quiso hacer".
El economista rosarino Antonio Margariti consideró que el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) "exige que la clase política se apriete el cinturón y haga el ajuste que nunca quiso hacer".
Consultado sobre el tema, dijo que "el último acuerdo con el FMI, firmado por Néstor Kirchner el 10 septiembre 2003 y ratificado por el Fondo el 20 octubre del mismo año, terminó en un desastre porque "al año siguiente Kirchner lanzó en Dubai la reestructuración de la deuda con una quita del 70% que no fue acordada".
Por esa razón,"quedó incumplido, rompió relaciones y tuvo que pedir préstamos a Hugo Chávez pagando intereses tres veces superiores a los del FMI", agregó y consideró que "ese fue un acuerdo contrario a los intereses de la población argentina".
En cambio, aseguró que "ahora, 15 años después, el FMI y el mundo han cambiado".
"Nos prestan u$s 50.000 millones con un acuerdo que no reclama aumento de impuestos ni condiciones severas contra la sociedad civil, sino que exige que la clase política se apriete el cinturón y haga el ajuste que nunca quiso hacer y que siempre derivó hacia la gente", indicó.
También indicó que "para prestarnos la cifra más grande de su historia el FMI nos pide dos condiciones: restaurar el valor de la moneda argentina, prostituida por 70 años de inflación, y terminar con el despilfarro que el Estado hace del dinero arrebatado a los contribuyentes mediante impuestos, deuda e inflación".
Ajustar a fondo
"Por eso las medidas son excepcionales para el país si la clase política estuviese a la altura de las circunstancias", detalló, y citó el hecho de que el Banco Central "no comprará más dólares cuando el gobierno se endeude, el tipo de cambio será determinado por el mercado sin que sea manipulado por la autoridad monetaria; el Central no financiará más el déficit faraónico de los gobiernos de turno, deberá reformarse la carta orgánica para prohibir el préstamo de dinero al Estado, y las Lebacs no bancarias deberán ser rescatadas mediante canje con las letras intransferibles reconvertidas en endosables".
Finalmente, a la hora de evaluar el impacto sobre la microeconomía y la situación económica de los argentinos, Margariti dijo que "otros aspectos favorables del acuerdo son que no hay ajuste impositivo a cargo del sector privado, sólo el Estado deberá hacerse cargo".
Por otra parte, celebró que " la obra pública no pasará más por las manos de la política, sino que deberá financiarse con capitales privados sin dinero público obtenido de impuestos".
También festejó el economista porque " se terminan los subsidios económicos a los servicios públicos prestados a usuarios solventes; se prohíben transferencias de fondos políticos a gobernadores provinciales y, finalmente, se obliga a reducir el gasto público para llegar a un déficit primario cero en el año 2020, lo que permitirá eliminar impuestos distorsivos que frenan la actividad productiva y exportadora".
Obra pública, subsidios y provincias, en la mira
La obra pública, los subsidios y las transferencias a las provincias serán los primeros objetivos del recorte del gasto fiscal primario que pretende hacer el gobierno a cambio del auxilio del Fondo Monetario Internacional (FMI) para pagar deuda externa.
Así lo estima, entre otras, la consultora Economía & Regiones. El centro de estudios que fundó Rogelio Frigerio se quejó de que el plan económico es "demasiado gradualista" y se mostró a favor de llegar al déficit cero prometido al FMI este mismo año.
Más allá de eso, y en base a las proyecciones del acuerdo, estimó que la reducción del gasto público primario destinado a aumentar la capacidad de pago de las erogaciones por deuda en los próximos tres años, llevará a un recorte de la inversión en obra pública de 1,6% del PBI; en subsidios económicos, 1,1%; en salarios y otros bienes y servicios, 0,7%, y en transferencias a provincias, 0,6%.
"La mayor baja de la meta de déficit fiscal sería en 2020", señala la consultora, que rescató la decisión de cesar la emisión de pesos para atender la deuda con Lebac y asistir al Tesoro.
A pesar de esta contracción monetaria y fiscal, E&R considera que el nuevo programa no permitirá probablemente volver al mercado voluntario de deuda. Por otra parte, la Reserva Federal seguirá subiendo la tasa de interés.