En función de la distribución de los cultivos y de las fechas de siembra es claro que la producción
granaria nacional va a sentir el efecto de esta situación de lluvias por debajo de lo normal,
atribuidas en parte al evento La Niña, que seguirá vigente hasta el fin de la presente campaña.
Pero hay que ser muy cuidadoso a la hora de evaluar los daños y esa es hoy la principal
preocupación de muchos agentes del sector agropecuario, advierte José Luis Aiello, director
científico de GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Sin dudas que hay un evidente impacto seco en las provincias
Pampeanas. Toda la Provincia de Buenos Aires se encuentra en pobres condiciones de humedad edáfica
y las zonas más críticas son: el centro, sur y sudeste. En el resto de las provincias, excepto una
franja que comprende el norte de Entre Ríos y parte del norte de Santa Fe, también las reservas se
encuentran por debajo de los valores normales”, indicó.
En suma, el desarrollo de la soja de primera es inferior al del año
pasado y muchos agrónomos empiezan a evaluar pérdidas en lotes que van del 5% al 30% mientras que
la soja de segunda se presenta en buenas condiciones y, en general, está en floración en el norte
del área GEA y en estado vegetativo en el sur. El maíz atraviesa el llenado, siendo muy notable la
influencia de los suelos en esta campaña. Aquellos con mayor capacidad de almacenamiento de agua
útil y lluvias oportunas superarán los 100 qq/ha mientras que el resto estará muy por debajo de
estos rindes y en casos extremos se destinará a forraje.