Prestaciones sociales, gastos de funcionamiento y transferencias de capital lideraron los recortes que permitieron al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, exhibir superávit fiscal primario en abril. Es decir que jubilados, pensionados, beneficiarios de asistencia social, empleados de la administración estatal fueron, junto con la obra pública, los principales aportantes al ajuste exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del auxilio financiero al gobierno de Mauricio Macri.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) puso bajo la lupa los resultados de las cuentas públicas que difundió Hacienda para el mes de abril y el primer cuatrimestre del año. Se destaca allí también la creciente importancia de los derechos de exportación en los ingresos tributarios y el peso que ganan los intereses de la deuda a la hora de convertir el ahorro fiscal primario en un contundente déficit financiero.
“De cada $ 100 recaudados por el gobierno nacional, los intereses de la deuda requirieron $ 10 en 2017 y $ 20 en 2019”, señala el Iaraf. La consultora se suma así a una tendencia de los centros de estudios orientados al análisis de las cuentas fiscales, a reconocer el peso creciente de la deuda en el gasto. Hasta el año pasado, esta preocupación sólo aparecía como central en los exámenes de los think tanks más heterodoxos.
Pero la dificultad de traducir el duro ajuste fiscal de los últimos meses en un equilibrio sustentable de las cuentas públicas generaliza esta inquietud.
Por caso, el Ministerio de Hacienda difundió recientemente los datos de la ejecución presupuestaria del cuarto mes del año. Exhibió un superávit fiscal primario de $ 499 millones en abril y de $ 10.846 millones en el primer cuatrimestre.
Según esas cifras, en abril los recursos bajaron 7,7% a precios constantes, pero la reducción de los gastos fue mayor (12,5%).
Los derechos de exportación, que crecieron 165,4% interanual a valores reales, hicieron la diferencia. Sin ese aporte, los recursos tributarios hubieran caído 12,6% en el cuarto mes del año.
El centro de estudios que conduce Nadín Argañaraz subrayó también que en abril se registró, por primera vez en el año, una caída real en todos los rubros que componen el gasto primario. Las transferencias corrientes a provincias lideraron el recorte, del 30,9% interanual. El gasto de capital, es decir la inversión en infraestructura, bajó 30,7%.
En el cuatrimestre, la tijera sobre la obra pública encabezó el camino del ajuste, al ceder 19,8%. Gastos de funcionamiento, un rubro en el que sobresalen los salarios del sector público, bajaron 15,4%, mientras que el rubro prestaciones sociales (jubilaciones y asignaciones) se ajustó en 12,6% interanual respecto del primer cuatrimestre del año anterior.
Para encontrar crecimientos reales en el gasto, hay que bucear en el área de subsidios económicos. Por la asistencia a las empresas energéticas en el marco de la devaluación, ese monto subió 28,9% en abril y 91,4% en el primer cuatrimestre.
En los primeros cuatro meses de 2019, el recorte de 0,64 puntos porcentuales del gasto primario, en relación al PBI, se explica fundamentalmente por las prestaciones sociales (-0,36 puntos), gastos de funcionamiento (-0,14) y gastos de capital (-0,07).
Tamaño esfuerzo tiene su contracara en la dinámica ascendente de la carga que la deuda pública tomada por el actual gobierno impone al presupuesto. “Se aprecia un crecimiento real muy relevante de los intereses pagados en lo que va del año”, se inquietó el Iaraf. Esta cuenta subió 34,7% en términos reales, ó 0,24 punto del PBI.
La consecuencia es que, pese al esfuerzo, el resultado fiscal deja un déficit de $ 180.855 millones en el período. En términos de PBI, apenas una décima de punto menor que el año pasado.
“El gasto total nacional presenta una dinámica distinta a la observada en el gasto primario; mientras el último mantiene un crecimiento por debajo de los ingresos totales desde marzo de 2017, el gasto total alterna velocidades por encima y por debajo de los ingresos totales”.
En el primer cuatrimestre, los intereses pagados representaron el 20,2% de los recursos tributarios nacionales. Hace un año, esa relación era la mitad. “Al cabo de dos años los intereses netos de la deuda duplicaron su importancia relativa en términos de los recursos tributarios”, señaló.
Por el lado del gasto total, esa cuenta pasó del 8% al 15,2% en un año. “El esfuerzo realizado por el lado del gasto primario se ve condicionado por la performance de los intereses”, señaló el Iaraf, que admitió: “El superávit fiscal primario del sector público nacional no resulte suficiente para financiar crecientes obligaciones de deuda”.
Un reciente informe de Idesa va en sintonía: “Aún cuando hay una fuerte disminución del déficit primario, los intereses siguen aumentando; en este contexto explota la desconfianza, llevando el riesgo país a superar los 900 puntos”, concluyó.