El reciente acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) inquieta a muchos sectores productivos de la Argentina. El politólogo, analista y escritor Marcelo Gullo puso su mirada sobre impacto que tendrá para el país y planteó que “no hay ningún ejemplo en la historia económica del mundo de un país” que se haya desarrollado a partir de los acuerdos de libre comercio.
“Es un tratado nefasto para la Argentina, porque no es lo mismo vender limoncitos y soja que comprar productos industriales a mansalva, que nos van a destruir la poca industria que tenemos en Argentina. La única solución es que el acuerdo no sea ratificado en el Senado de la Nación”, consideró.
El licenciado en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), pero también doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador, magister en relaciones internacionales por el Institut Universitaire de Hautes Études Internationales de la Universidad de Ginebra y graduado en estudios internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid advirtió que “los acuerdos de libre comercio son un mito que venden los mal intencionados en el mercado de los tontos”.
Tras 20 años de negociaciones el Mercosur y la UE firmaron un acuerdo de asociación estratégica, un entendimiento que implica la integración de un mercado de 800 millones de habitantes, casi una cuarta parte del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y con más de 100.000 millones de dólares de comercio bilateral de bienes y servicios, pero el real alcance del acuerdo está bajo la lupa de los analistas. El impacto en Argentina podría no ser tan positivo como se presentó desde el gobierno nacional.
“El libre comercio ha siempre inhibido el desarrollo industrial de los países y las grandes potencias industriales de hoy, todas comenzaron siendo proteccionistas, protegiendo su propia industria. El libre comercio y el proteccionismo económico son instrumentos similares a un bisturí, pueden servir tanto para salvar la vida de una persona como para asesinarla”, ejemplificó.
“Si uno observa todos los procesos de los países que se convirtieron en países ricos, todos fueron de un rechazo frontal al libre comercio, comenzando por quien muchas veces la gente ignora: Estados Unidos con George Washington a la cabeza y su secretario de Estado Alexander Hamilton. Lo grave es que lo ignoren nuestros economistas que sólo estudian ideología”, dijo Gullo.
También afirmó que de la misma manera se desarrolló Alemania,
“rechazando la ideología que en ese momento predicaba Inglaterra, que era de libre comercio”.
El politólogo explicó que todas las grandes potencias de hoy “cuando comienzan su proceso industrializador fueron proteccionistas, y una vez que llegaron a industrializarse ahí sí juegan al libre comercio para venderles el libre comercio a los tontos del mundo”.
Una larga historia
Hacía 20 años que se venía negociando el acuerdo entre el Mercosur y la UE no se llegaba a cerrar porque se advertía que no sería equitativo para todas las partes. “Nunca un acuerdo entre una economía de altísima nivel económico y productividad con un país de baja productividad puede ser beneficioso. La Argentina y nuestros industriales no lo entienden tampoco, no lo entiende, por supuesto, la gente de campo. Por más que la Argentina fuese el país más eficiente del mundo vendiendo productos primarios del campo, incluso de la minería, por más que fuésemos el país agrícola ganadero más exitoso del mundo acá, por más que nadie ponga aranceles a nuestros productos, hay un problema y es que la actividad primaria no alcanzaría para darle trabajo a 40 millones de argentinos”, detalló el especialista.
“El camino de ser productores primarios es el camino que condena a más de la mitad de los argentinos a la pobreza. Solamente los mal intencionados, aquellos que no piensan en el bien común de la Nación pueden optar por ese camino. Es un modelo eficiente, pero para no más del 30% de la población”, agregó el académico.
Según este esquema, “el resto de la población está condenada a vegetar y vivir en la pobreza o a migrar del país que es lo que está pasando y por eso nuestros jóvenes se van”, señalo Gullo, quien denunció que lo que trascendió del acuerdo “parecería justamente indicar que todo apunta a que Argentina se convierta exclusivamente en proveedor de materias primas en detrimento de la industria”.
El politólogo consideró que Argentina ya está en ese camino, pero el acuerdo refuerza eso. “Hace años que no tenemos una política industrial, este gobierno tiene una política antiindustrial y los anteriores tampoco tenían una decidida. En el país no se construye una acería, una petroquímica hace tiempo. Este tratado viene a reforzar eso”, consideró Gullo.
Por otra parte dijo que es clave entender que la Argentina tiene un grave problema que es su matriz de modelo primario exportador, agrícola ganadero minero “donde sobramos la mitad de los argentinos”. También, “tenemos que entender que somos pocos para un proyecto industrial clásico. ¿Quiere decir esto que hay que dejar de lado un proyecto industrial? no. Quiere decir que tenemos que tener un proyecto industrial innovador nuevo”, indicó.
Para Gullo la experiencia histórica de sustitución de importaciones “no puede ser repetida”.
Consideró que se debe “proteger” la industria que existe hoy “hasta que se pueda construir una nueva industria que se adapte al paso del tiempo”.
En ese sentido, propuso: “Nunca más podremos competir con China produciendo heladeras, bicicletas pero esto no quiere decir que abandonemos el proyecto industrial, hay nichos específicos que no requieren la gran escala de producción. Deberíamos concentrar todo nuestro esfuerzo, sobre todo en la educación de nuestros jóvenes a prepararlos para ese nicho industrial del siglo XXI donde la Argentina podría tener grandes ventajas”, dijo.
De hecho recordó que el país ya tiene pero podría desarrollarlo aún más toda su experiencia en el campo de la energía nuclear, por lo que fue reconocida y premiada en el mundo. “Ese es un sector que debemos profundizar, también el sector de la biotecnología”, apuntó Gullo y señaló que “teniendo el mayor parque eólico del mundo en la Patagonia es obvio que tenemos que orientar nuestra producción a la fabricación de los molinos de vientos”.
“Tenemos una capacidad enorme para producir energía, es un nicho de mercado que no requiere la gran escala de producción”, detalló.
Ante la consulta de si existe una alternativa para mejorar el acuerdo alcanzado, Gullo fue contundente: “No”, dijo. “Es como si has decidido que vas a tomar veneno. Estas condenado a muerte. Es un tratado nefasto para la Argentina, porque no es lo mismo vender limoncitos y soja que comprar productos industriales a mansalva que nos van a destruir la poca industria que tenemos en Argentina. La única solución es que el acuerdo no sea ratificado en el Senado de la Nación”, advirtió.
Gullo consideró que la clase dirigente argentina y el actual gobierno vive en “el mito del libre comercio”.
“El presidente Macri no sabe que Inglaterra no se hizo un país industrial por la mano mágica del mercado sino por la mano mágica de la economía, no sabe que Estados Unidos fue proteccionista durante 100 años o que Alemania fue proteccionista durante 80 años o que Japón defendió su industria con medidas paraancelarias durante 80 años. Tampoco que Canadá fue un país proteccionista, ni que Australia también”, cuestionó.
En ese sentido, dijo que “es un problema que nuestros políticos estén sujetos a la opinión de economistas que son parte del problema porque trabajan para los sectores que en el mundo predican el libre comercio y el fundamentalismo neoliberal”.
“Nos quieren vender un buzón y nos dicen que estos acuerdos son maravillosos y no nos dicen nada de cómo se desarrolló Corea del sur, Estados Unidos, Australia, Alemania. Se fijan en China y no ven que tienen en sus manos el poder de toda su economía, el poder financiero es un poder estatal”, dijo el politólogo y concluyó: “Estos acuerdos son tan ridículos que hoy abrimos nuestros mercados cuando todos lo cierran”.