El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento global inferior al 3% para este año y que el ritmo de expansión en los próximos cinco años será el “más débil” desde 1990.
Foto: Archivo / La Capital.
La directora gerenta del Fondo Monetario, Kirstalina Georgieva, ofreció una conferencia en la previa a la reunión de primavera del organismo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento global inferior al 3% para este año y que el ritmo de expansión en los próximos cinco años será el “más débil” desde 1990.
“La desaceleración continuó este año, pese a la sorprendente resiliencia de los mercados laborales y del gasto de los hogares en la mayoría de las economías avanzadas y al impulso de la reapertura de China”, dijo la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, aseveró la funcionaria.
La funcionaria habló en Washington, en las jornadas preparatorias de la asamblea semestral del organismo, que se realizará la semana próxima. En ese marco se presentará el habitual informe sobre perspectivas de la economía mundial, que promete tener un tono pesimista.
Tras expresar que el crecimiento mundial de los próximos cinco años será el más bajo desde 1990, Georgieva admitió que, con esa perspectiva, “será aún más difícil reducir la pobreza, curar las cicatrices económicas de la crisis de la Covid 19 y ofrecer nuevas y mejores oportunidades para todos”.
La directora gerente del Fondo resaltó la importancia de “luchar contra la inflación y salvaguardar la estabilidad financiera”, condiciones sin las cuales “no puede haber un crecimiento robusto”.
Georgieva subrayó la paradoja de la situación actual en la que la inflación núcleo sigue alta pese a que los principales bancos centrales subieron las tasas de interés para enfrentarla. Esto responde, a su juicio, a lo “ajustados” que se encuentran los mercados laborales “en muchos países” en los que la oferta de puestos supera la demanda de los mismos. Un fenómeno que marcó como “muy interesante” porque no fue “visto antes”.
“Lo que generalmente nos preocupa es que los salarios suben y los precios suben aún más, eso no está pasando ahora”, indicó, ya que los precios suben con salarios ajustados.
En cuanto al sistema financiero señaló que el cambio de escenario gestado en los últimos tres años “expuso fallas de manejos de riesgos en bancos específicos, al igual que algunos problemas en la supervisión”. Sin embargo, remarcó que “hoy los bancos están más fuertes y más resilientes, y las autoridades fueron rápidas y comprensivas en sus acciones de las semanas recientes”.
Tras realizar un repaso de los programas del FMI dirigido a países de mediano y bajos ingresos, o en situaciones de catástrofe como Ucrania, Georgieva urgió a los países más ricos un mayor apoyo para que “puedan atravesar el peso de la deuda”, tanto facilitando los procesos de reestructuración como aumentando los montos destinados al organismo para que este pueda financiarlos.
Un día antes, el Fondo advirtió que las tensiones geopolíticas podrían llevar a menor dinamismo de la economía mundial. En su informe de estabilidad financiera global alertó sobre la fragmentación financiera que provocan estas situaciones al consolidar bloques aislados del resto.
Es que las empresas mueven cada vez más sus procesos de producción a países con preferencias políticas alineadas para que las cadenas de valor sean menos vulnerables a las tensiones geopolíticas. Este movimiento incrementa los costos de financiamiento de los bancos, reduciendo sus retornos al igual que su disponibilidad de crédito al sector privado, señalaron los economistas del FMI.
En uno de los escenarios modelados, que divide a los países en dos bloques liderados por China y Estados Unidos, dejando a algunos países como India, Indonesia y Latinoamérica como no-alineados, el FMI estima una pérdida del 1% en el crecimiento global en los próximos cinco años y 2% a largo plazo.
En el caso de los no alineados, los costos y las ganancias de tal posición son difíciles de prever. El FMI recalca la incertidumbre que generan en las inversiones las presiones de cada bloque en enfrentamiento a estos países y los posibles cambios repentinos en estas políticas de “no alineamiento”.
Las tensiones geopolíticas no sólo se trasladan a los bancos mediante los canales puramente financieros sino también a través de la economía real, con disrupciones en las cadenas de suministro y el impacto de la suba del precio de los commodities y la inflación sobre el crecimiento.
El organismo recomendó a los reguladores e instituciones financieras “mantenerse alertas de los riesgos a la estabilidad provenientes de un potencial recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y comprometerse a identificar, cuantificar, manejar y mitigar esas amenazas”.
Por eso, menciona la necesidad de tener “un nivel adecuado de reservas monetarias”, además de liquidez y capital en los bancos, en el caso de economías “dependientes del financiamiento externo”. Entre los consejos globales, se encuentra el refuerzo de lo que denomina la “red de contención financiera global” a través de acuerdos de asistencia mutua, como mecanismos fiscales, swaps de divisas, además de las líneas de crédito de precaución de los organismos internacionales.
Una pequeña muestra de la creciente tendencia a la “glocalización” se expresa en la relación entre las grandes empresas de tecnología y el mercado de trabajo. En un marco en el que los gigantes, como Google y Amazon, anunciaron despidos masivos en sus oficinas de todo el mundo, la fuerte legislación de protección laboral que existe en Europa se les para de manos como una “barrera” que no tienen en Estados Unidos.
Google anunció en enero 12.000 despidos mientras que Amazon comunicó dos series: una por más de 18.000 puestos en noviembre pasado y otra por 9.000 el mes pasado. Mientras que en Estados Unidos, las empresas pueden avanzar rápidamente con despidos de miles de trabajadores, la legislación europea impide ello.
Tanto en Francia como en Alemania, países con las leyes laborales más protectoras, Google negocia con consejos laborales dado que las compañías están obligadas a hacerlo antes de encarar despidos. Por esta situación, esas oficinas serían las últimas en encarar los despidos globales, y puede que directamente queden por fuera.