Un profundo drama humano y enormes pérdidas económicas deja a su paso el fenómeno climático que azota a la provincia y al 30% de la región núcleo pampeana. La producción tambera, y el tejido social que se mueve a su alrededor, vuelve a la zona de quiebra después el segundo temporal de magnitud que sufre en un año.
El gobierno de Santa Fe ya contó más de mil millones de dólares de pérdidas provocadas en el sector agropecuario, que se suman a las 2.500 millones de dólares provocadas por el desastre de abril pasado. Las intensas lluvias de las últimas tres semanas se reflejaron en los pronósticos de producción de la campaña agrícola 2016/17 que realiza la Bolsa de Comercio de Rosario. En su último reporte, bajó en un un millón de toneladas la proyección de la cosecha de maíz. En soja, se prevé una caída de más de 2% en el área sembrada.
El ministro de Gobierno de Santa Fe, Pablo Farías, presidió el lunes pasado una reunión de la Junta Provincial de Protección Civil, en la que se evaluó el estado de situación. "Los tamberos perderán más de 256 millones de pesos, con 869 tambos que no podrán trabajar durante un mes; y en el sector agrícola (soja, girasol y maíz) se estima que rondará los 764 millones de dólares", dijo.
El funcionario señaló que "para este mes de enero se esperan que se repitan episodios hídricos por lluvia". De hecho, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario anticipó intensas precipitaciones para estas horas.
El ministro de Producción de la provincia, Luis Contigiani, reconoció que "el balance en términos de la afectación productiva es muy duro, sobre todo para el sector lácteo. Informó que la cartera a su cargo trabaja en un plan de contención del sector, que elevarán al gobierno nacional.
La nueva fase de inundaciones en la principal cuenca tambera santafesina se presenta en un mal momento: la producción nacional de leche en 2016 habría registrado una baja del 13,3% respecto de 2015, según estimaciones del consultor lácteo Marcos Snyder.
El secretario de Lechería de Santa Fe, Pedro Morini, agregó que hay 1.200 tambos bajo el agua. "La provincia producía hasta abril de del año pasado 8 millones de litros de leche diarios; con la crisis de abril, caímos a la mitad, al alcanzar una producción de 4 millones de litros; luego o nos recuperamos y cerramos el año con una producción de 6,2 millones; pero ahora con estas inundaciones vamos a caer a un volumen de 5 millones de litros diarios producidos, perdiendo 1,4 millón", explicó.
Una de las historias dramáticas que dejaron las inundaciones en la cuenca lechera santafesina fue el tambo de 100 años de existencia que debió cerrar el productor lechero Mariano Pairetti por las adversidades climáticas. Este ingeniero agrónomo debió tomar la decisión de terminar con el emprendimiento que fundó su tatarabuelo un siglo atrás, a unos 70 kilómetros de Rafaela.
El presidente del Inta, Amadeo Nicora, aseguró que los técnicos del organismo trabajan para paliar la situación en las zonas inundadas, que estimó son 880.000 hectáreas en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires.
También la producción hortícola de los cinturones del gran Rosario y Santa Fe también sufrió grandes pérdidas.
Sobre la ganadería, el instituto asegura la existencia de "numerosos potreros de alfalfa que soportaron anegamientos y la pérdida de plantas". Disminuyó la condición corporal de algunos rodeos de cría, y el barro dificulta el acceso al ganado para la aplicación de vacunas, tactos, ordeñe y otros tratamientos necesarios. El Senasa (Senasa) facilita los movimientos de hacienda en las zonas afectadas.
GEA y SEA
El GEA reseñó que llovieron casi 500 milímetros en menos de 30 días en Santa Fe y el centro del norte bonaerense. "La situación ambiental condicionó y detuvo casi todas las actividades, fundamentalmente el proceso de siembra de soja de segunda, sorgo granífero, algodón y lotes de maíz de segunda", indicó el SEA.
Según el GEA rosarino, el episodio de lluvias recientes puso en alerta roja al 30% del área de la región núcleo. Las mayores pérdidas se concentran en soja, cultivo en el que sigue evaluándose en un 10% a los lotes en regulares y malas condiciones, por el tiempo que han permanecido bajo el agua. Además, quedan por sembrar 100.000 ha de soja de segunda por la falta de piso. En tanto, las malezas proliferan.
Los maíces, según la Bolsa local, salieron mejor parados de los temporales. "Cuando todo parecía que iba a haber importantes disminuciones en los rendimientos por el estrés hídrico en el periodo crítico del cultivo, arrasaron las lluvias para recomponer la situación", indicaron.
El tema es que al aumento proyectado de la producción se le contrapone una pérdida de superficie por las inundaciones. En sus estimaciones de producción para campaña 2016/17, el GEA lo pone en estos términos: pese a que el rinde promedio nacional estimado de 73,6 quintales supera al promedio (69 qq/ha) de los últimas cinco ciclos, se prevén mayores pérdidas de superficie. Se trata de 200 a 300 mil hectáreas que fueron severamente afectadas por los problemas de la sequía del sur bonaerense y los excesos de la franja central. Así, "la campaña de mayor siembra en los últimos diez años, con 5,8 millones de hectáreas implantadas, quedó envuelta en un evento hídrico fenomenal".
En definitiva, la primera estimación nacional del cultivo hecha sobre la evolución de los lotes con maíz 2016/2017 arrojó un volumen de 35,5 millones de toneladas, un millón de toneladas menos de lo que se proyectaba hace un mes.
El precio de la soja disponible saltó más de u$s 10 el jueves en el mercado de Chicago, al subir 2,89% y alcanzar los u$s 379,19 por tonelada, después de los recortes de produc ción estimados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) en su último informe.
La dependencia estadounidense bajó la proyección de producción del poroto en su territorio en 1,48 millones de toneladas con respecto a la medición de diciembre y la ubicó en 117,21 millones de toneladas. A diferencia de los datos que se dieron a conocer sobre la producción estadounidense el Usda incrementó en dos millones de toneladas la de Brasil, la cual se estimó en 104 millones de toneladas y mantuvo la de Argentina en 57 millones de toneladas.