El gobierno de Mauricio Macri realizó un fuerte ajuste en el gasto primario, sobre todo durante los últimos dos años, cuando debió recurrir al Fondo Monetario Internacional tras el estallido de la crisis externa. Sin embargo, en el período no paró de crecer la carga de intereses de la deuda pública. Con el argumento de financiar el desequilibrio primario, la administración que se va se lanzó a una carrera de endeudamiento que, sólo en el capítulo de moneda extranjera, orilla los u$s 100 mil millones. La consecuencia fue una bola de déficit y deuda que, como lo señala un reciente informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), resultó en una doble frustración: un rojo fiscal elevado y una deuda mucho más.
Según describió el Iaraf, el gasto total del sector público no financiero durante el gobierno de Mauricio Macri se redujo en u$s 43 mil millones entre 2016 y 2019, desde u$s 141.642 millones hasta u$s 98.260 millones. La baja más drástica fue en los últimos dos años, ya que en 2017 las erogaciones tocaron un pico de u$s 158.235 millones.
Entre 2016 y 2019 todos los gastos primarios, antes de intereses, mostraron una reducción. Encabezaron la caída las prestaciones sociales, con u$s 15.274 millones, seguidos por los subsidios económicos (u$s 11.397 millones). El recorte también alcanzó a los gastos de funcionamiento (salarios entre ellos), los de capital (u$s 8.374 millones), universidades y transferencias corrientes a provincias.
Sólo los intereses de la deuda mostraron un incremento, de u$s 6.182 millones.
“Este hecho es un reflejo de la política de achique gradual del déficit primario en un esquema de financiamiento con deuda pública”, señala el Iaraf, que describe: “Mientras transcurre el tiempo, el stock de deuda se agranda y los intereses que devenga son cada más grandes”.
El instituto que conduce Nadin Argañaraz analizó la evolución del déficit y de la deuda pública durante la gestión de Mauricio Macri, en el que el rojo acumulado llegó a los u$s 112.306 millones.
Aclara que la comparación sobre los números difundidos por el Ministerio de Hacienda se expresa en dólares corrientes, precisamente porque “el actual gobierno definió una estrategia de financiamiento del déficit con endeudamiento voluntario a nivel nacional e internacional”.
Si bien el estudio apunta a la necesidad de equilibrar las cuentas públicas, no deja de señalar el gravoso impacto que tuvo esa estrategia. Fundamentalmente porque, como explica, “si en el primer año de gestión se toma deuda para financiar el déficit, en el segundo año el gasto devengado en intereses debe reflejar ese incremento de deuda del primer año”.
Como lo recuerda el Iaraf, el gasto público debe ser financiado” con impuestos, emisión monetaria o endeudamiento. “Cuando se utiliza esta última opción, se genera un aumento equivalente del stock de deuda del sector público”, aclara. Ergo, el rojo a cubrir se alimenta con este pasivo.
En el caso argentino, los economistas del instituto reportan para el acumulado de los últimos cuatro años un gasto público de u$s 520 mil millones, contra ingresos públicos por u$s 407 mil millones, que incluyen los ingresos por el blanqueo de capitales instrumentado por el gobierno.
Caída de ingresos
Por el lado de las erogaciones, se recortaron u$s 43 mil millones entre 2016 y 2019. Por el lado de los ingresos, la caída fue de u$s 30 mil millones. El rubro que más cayó fue el los aportes y contribuciones a la seguridad social (u$s 12.400 millones). Por una combinación de recesión y reducción de impuestos a los contribuyentes de mayores ingresos, cayeron Ganancias, IVA y el tributo al cheque.
Los únicos ingresos que crecieron fueron los no tributarios, como las rentas de capital neta (recursos del FGS de la Ansés) y las percepciones de capital. También se registró una leve suba de la recaudación por retenciones a la exportación.
Expresado de otra forma, el gasto total en 2016 alcanzaba a u$s 141.642 millones y en 2019 a u$s 98.260 millones. Los ingresos alcanzaron en el primer año del macrismo a u$s 109.881 millones, con blanqueo. En el año final llegarán según el presupuesto, a u$s 80 mil millones.
Si se mira sólo el resultado primario, sin contar los intereses de deuda, el déficit acumulado en cuatro años llega a u$s 61.400 millones. Pero con la carga la deuda, generada entre otras cosas por el endeudamiento tomado con el argumento de financiar el desequilibrio, el rojo casi se duplica y salta a u$s 112.300 millones.
Para cubrirlo, subraya el Iaraf, se llevó a cabo una estrategia de endeudamiento en mercados voluntarios de deuda, tanto en pesos como en moneda extranjera. “Como consecuencia de ello, el stock de deuda en moneda extranjera mostró un crecimiento de u$s 92.240 millones entre el último día de 2015 y el final de junio de 2019”.
El instituto de estudios sólo consideró para sus cálculos la porción de deuda nominada en moneda extranjera, para prescindir de los cambios de valuación de la parte en pesos, que complican la base de comparación.
El vínculo entre déficit presupuestario y endeudamiento se refleja, en el informe del Iaraf, en la siguiente conclusión: “A fines de 2019 el stock de deuda en moneda extranjera sera más elevado que a fines de 2015, mientras que el déficit fiscal sigue siendo elevado”.