La desigualdad entre las distintas regiones argentinas “persiste”, a pesar de la
mejora en la distribución del ingreso, al tiempo que se requiere mayor avance en infraestructura y
en el sector laboral, según indica un informe elaborado por el Instituto de Estudios de la Realidad
de América Latina (Ieral).
Según ese informe, la sustancial desigualdad entre regiones “se ha reducido sólo
marginalmente” en los últimos años: “las zonas urbanas más ricas siguen teniendo
ingresos per capita cuatro veces superiores a las más pobres”.
Asimismo, “la reducción de la desigualdad que se verificó a nivel nacional se explica por
la mejora de la distribución del ingreso en cada aglomerado”, sostuvo el estudio del
Ieral.
Los especialistas mediterráneos indicaron además que “los datos muestran que para corregir
la brecha regional se necesita avanzar en infraestructura, formalización del empleo privado y
capacitación”.
Diferencias regionales. La entidad reconoció que “la desigualdad de ingresos entre
regiones es muy amplia en la Argentina” y refirió que el ingreso per cápita familiar en los
“aglomerados más ricos, tales como la Ciudad de Buenos Aires, Ushuaia y Río Gallegos, es
cerca del doble de la media del país.
En el caso de los más pobres, tales como Formosa o Santiago del Estero, tienen ingresos de
alrededor de la mitad de la media.
Así, el Ieral expresó que “los hogares de las áreas más ricas tienen ingresos cuatro veces
superiores a los de las áreas más pobres”.
Para algunos aglomerados, como Resistencia y Corrientes, su situación relativa ha mejorado.
En cualquier caso, la enorme distancia de ingresos entre aglomerados no se ha acortado entre
2004 y 2009.
Así, la mejora en la distribución del ingreso del total país se debe más bien a una reducción de
la desigualdad al interior de los aglomerados, más que entre aglomerados.
Los técnicos del Ieral reconocen que “es notorio” que algunos aglomerados no han
mejorado sus datos en el período mencionado y en ese punto mencionan a las regiones más desiguales,
como Tucumán, Posadas y Corrientes, donde no existen cambios respecto del 2004.
Trabajo en negro. “Un factor común del análisis de la desigualdad es la
informalidad”, admiten los especialistas mediterráneos, y consignaron que los datos obtenidos
entre el 2004 y el 2009 “muestra la correlación notoria entre la desigualdad de un aglomerado
y la tasa de informalidad” durante el lapso de tiempo transcurrido.
Por caso, la semana pasada los datos del Indec corroboraron que la informalidad es una frontera
difícil de atravesar y es una de las materias que siguen pendientes aún en un escenario de repunte
económico. Así, en el Gran Rosario, casi el 40% de los trabajadores están en negro según los
registros oficiales.
Según se indicó, “para reducir las brechas regional hace falta compensar los factores que
afectan conjuntamente la baja generación de empleo formal privado, el bajo nivel de ingresos y la
alta desigualdad”.
En este sentido, el Ieral recomendó invertir en infraestructura con sentido federal se
corresponde con una “política igualitaria” y expresó que “en cualquier caso, la
desigualdad entre regiones explica una proporción relativamente baja, cercana al 15%, de la
desigualdad total de ingresos: es la desigualdad al interior de los aglomerados, entre hogares
ricos y pobres, lo que genera la desigualdad total y, además, la responsable de su
evolución”.
Por ello, la entidad señaló que mientras que las áreas más ricas tienen ingresos per cápita
cuatro veces más elevados que las áreas pobres, los hogares ricos de un aglomerado tienen en
promedio ingresos veinte veces superiores a los más pobres del mismo aglomerado.
Jubilados
Las organizaciones de jubilados y pensionados de la CTA se congregarán
hoy a las 15, frente al Congreso de la Nación, en reclamo de una nueva ley de previsión social que
contemple el 82% móvil y restituya haberes dignos. A la marcha 950 que protagonizan los pasivos se
sumarán numerosas organizaciones sindicales, barriales y territoriales que militan en la
organización.