La campaña agrícola 2008/09 estuvo signada por la confluencia de tres elementos
negativos: la crisis internacional, que debilitó los precios de las materias primas; la seguía que
abarcó a la mayor parte del país y afectó seriamente los rendimientos productivos; y el
enfrentamiento del campo con el gobierno, que limitó las posibilidades de generar políticas para el
sector, en un escenario adverso desde lo climático y financiero. De cara a 2010, todo indica que la
recuperación productiva se consolidará pero en un esquema más concentrado, con actores económicos
cada vez con mayor escala y en franco retroceso de los pequeños y medianos chacareros.
Para el economista Carlos Seggiaro, la crisis, la sequía y la disputa entre
campo y gobierno marcaron la impronta de este último ciclo, un diagnóstico que fue compartido por
Ernesto Ambrossetti, del Instituto Económico de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y el ministro de
la Producción de Santa Fe, Juan José Bertero.
"Desde el punto de vista general, el gobierno insistió con el tema de la
intervención al mercado de trigo, maíz, carne y leche y hubo mucha transferencia de recursos de los
productores a otros puntos de la cadena", dijo Ambrosetti y señaló que esto "generó trabas en las
exportaciones y mucha cartelización, así como la falta de diversificación de los cultivos".
La provincia no escapó a la generales de la ley, e incluso por su estructura
productiva sintió los efectos directos de este escenario complejo. En ese punto, Bertero sostuvo
que 2009 fue un año difícil producto de la sequía, sobre todo para los departamentos del norte
santafesino que quedaron seriamente afectados por el fenómeno climático. "Las lluvias se hicieron
presentes sobre fin de año y recompusieron la situación", reflexionó el ministro, quien también
elogió "algunas medidas del gobierno nacional", como la convocatoria al Consejo Federal
Agropecuario o el Consejo Lechero", reflexionó con tono positivo.
En este contexto, Seggiaro señaló que la campaña 2009/10 muestra un cambio
favorable en dos aspectos. "Todo indica que lo peor de la crisis mundial ya quedó atrás lo cual se
expresa en la progresiva recuperación de los precios de los commodities a nivel internacional",
dijo y agregó que "en la mayor parte de las regiones productivas estamos observando una
regularización del clima, que razonablemente generará mejores rendimientos agronómicos".
En cambio, economista consideró que "lamentablemente todo indica que el
enfrentamiento del sector con el gobierno no tenderá a descomprimirse".
Por otra parte, Seggiaro aclaró que la recuperación de los precios
internacionales será lenta y suave, razón por la cual no cabe esperar, de cara al 2010, que los
precios de las materias primas se sitúen en un rango que esté muy por encima de los precios que hoy
estamos observando. "Nuestra visión es que tenemos que proyectar nuestros negocios para 2010 a
partir de la referencia que muestran los actuales precios", dijo.
Para Ambrossetti las perspectivas del 2010 para el sector no son demasiado
halagüeñas. Si bien consideró que la situación financiera será favorable para el productor, los
problemas vinculados con el clima y las definiciones políticas para el área siguen amenazando la
sustentabilidad de las empresas, acentuando el proceso de concentración y la desaparición de
pequeñas empresas. "Falta previsibilidad, hay mucha incertidumbre", acotó.
En ese sentido, Seggiaro indicó que no ve cambios sustanciales en la política
del gobierno para el año que viene y tampoco fue muy optimista con la nueva conformación del
Congreso.
“Una cosa son los granos y otra es el tema lácteos y carnes”,
sentenció. “En materia de lácteos veo un proceso de recuperación sectorial, debido a una
oferta relativamente estabilizada, pero en un mejor contexto internacional (la leche en polvo pasó
de valer 1.800 dólares en el piso de la crisis a más de 3.000 en la actualidad). Adicionalmente
también cabe esperar una recuperación del mercado interno. De modo que una oferta estabilizada y
demanda en recuperación confluyen a ese proceso de recuperación, “también con mejores
pasturas debido a la recuperación del clima”, apuntó.
En el sector de carnes el economista avizora un momento muy especial.
“Tres años de liquidación de vientres y una sequía feroz que afectaron severamente los
niveles de preñez, plantean un 2010 con una caída histórica en los niveles de parición, que
afectará inevitablemente la producción de carne el año próximo, pero especialmente de cara al 2011
y 2012 ”, dijo.
Ante semejante cuadro, muy severo en términos de caída de la oferta y que
plantea una presión alcista inevitable sobre los precios del kilo vivo, caben esperar nuevas
intervenciones del gobierno argentino. “Habrá que esperar cambios en el peso de faena, pero
sobre todo el envío al Congreso de una nueva ley federal de carnes, que conduzca al
desposte”, dijo Seggiaro y explicó que “este cuadro de restricción de la oferta de
carne vacuna plantea una renovada oportunidad para las carnes alternativas, especialmente para
porcinos”.
Finalmente, el economista cordobés anticipó que es probable que el gobierno
plantee un proceso devaluatorio para el 2010 que se ubique en torno al 8%, lo cual, con una
inflación en torno al 16%, expresa una pérdida de competitividad para los sectores exportadores.
“Este es otro tema para considerar al momento de hacer los números de cada empresa
agropecuaria durante el próximo año”, dijo y agregó: “Con una recuperación productiva
de casi 20 millones de toneladas para esta campaña agrícola visualizo una progresiva recuperación
en los precios de los insumos y los fletes durante 2010 que afectará los costos de
producción”.
A nivel provincial, el ministro de la producción Bertero aseguró que la
perspectiva de reactivación es muy grande, hay una expectativa muy alta. “Vamos a consolidar
la línea puesta a funcionar en el 2009, como es la de consolidar negocios puertas afuera, porque
para dentro está conectado con la política del campo”, indicó el funcionario y agregó:
“Estimamos un aumento de la producción plena, recuperar la capacidad ociosa es la
meta”, dijo. Por otra parte, habló de la necesidad de construir un plan estratégico de cara
al Bicentenario.