La sociedad del conocimiento tiene a Argentina como actor de privilegio en
América latina. Con récord de conectividad y mejores perspectivas para los próximos cinco años, la
brecha digital es un fenómeno que "ya no existe" en el país según Alejandro Prince, especialista en
informática y telecomunicaciones. Movilidad, ubicuidad y convergencia serán los conceptos bajo los
cuáles se moverán las redes sociales y económicas en un futuro que ya está a la vuelta de la
esquina.
Argentina es hoy líder latinoamericano en dos indicadores relevantes de conectividad: el
porcentaje de habitantes usuarios de Internet, con 20 millones de personas —más del 50 por
ciento de sus habitantes—; y la cantidad de conexiones pagas y fijas, donde se acaba de
superar a Chile con 3,4 millones de líneas.
Para Prince, estas cifras no son el resultado de políticas gubernamentales ni obra de grandes
mentes iluminadas, sino la consecuencia de un país cuya clase media y media alta mantiene un
porcentaje importante de consumo económico y cultural, entre los cuales hay que incluir a la
tecnología. Existen ya 35 millones de usuarios de celulares, un 10 por ciento de ellos con acceso a
Internet, un porcentaje que crecerá hasta un 50 por ciento en los próximos tres años.
Otro fenómeno en plena expansión es la televisión digital, que será masiva dentro de 5 ó 6 años.
La cantidad de computadoras es otra muestra del liderazgo argentino en la materia: hay 8,2 millones
de PCs, con una tendencia creciente a la movilidad, ya que la tercera parte de las computadoras que
se venderán este año serán portátiles, un número que se multiplicará por dos en tres años.
La brecha se estrecha
"Estos números evidencian que, contra lo que muchas veces se pregona, la
brecha digital en Argentina no existe, ya que en 6 u 8 años no existirá ninguna diferencia de
acceso a la tecnología para los ciudadanos argentinos. La brecha digital ya no existe, hoy sólo
subsiste, y no por mucho tiempo", vaticinó Prince.
A pesar de la contundencia de las estadísticas sobre equipamiento digital,
Prince reconoció que muchas veces desde las ciencias sociales se abre el interrogante sobre si el
acceso a las nuevas tecnologías significa necesariamente una inserción automática en la sociedad
del conocimiento.
El término que aparece es el de apropiación, lo que significa tener la
capacidad y el conocimiento necesario para hacer un uso inteligente de la herramienta tecnológica
para mejorar los niveles de vida o la performance laboral. En su opinión, no conviene mezclar los
dos conceptos: "La brecha tecnológica no existirá más dentro de 5 años, lo otro, lo que falta, es
educación y oportunidades para todos, y a eso yo lo llamo brecha analógica pre-existente; en la
Argentina actual una cosa no soluciona la otra, la tecnología al alcance de la mano no alcanza para
educar a alguien que no fue a la escuela ni tiene para comer", explicó.
Con respecto a la dicotomía entre información y conocimiento, Prince
destacó que ya estamos en una sociedad del conocimiento, que es más que la sociedad de la
información. "Hay mayores flujos de información, y mucho mejor distribuida que antes. Hay más
herramientas a disposición para manejar esa información de manera muy rápida y en tiempo real,
trabajando en red, interconectados. Esa topología en red, esa unión de cerebros genera conocimiento
e innovación. Esto es algo nunca visto antes en la historia humana", afirmó el experto.
Movilidad y convergencia
La proliferación tecnológica y el acceso masivo a las nuevas herramientas
llenaron de conceptos nuevos a las ciencias sociales. La tríada que resume las cualidades de la
tecnología de punta y del mundo de usuarios que lo rodea es la movilidad, la ubicuidad y la
convergencia. Poder acceder a cualquier herramienta en cualquier lugar, todo el tiempo y en
simultáneo. Así son también los llamadas "nativos digitales", la generación para la cual los
botones y las pantallas son tan naturales como el pan y el agua.
"Los nativos digitales son multitareas, multicrónicos, simultáneos y
multimodales, porque así son también los nuevos dispositivos, donde todo hace todo. Eso ya es una
realidad antropológica y tecnológica, pero todavía falta algo, y es que las infraestructuras
converjan". En ese punto es donde, para Prince, la legislación del mundo de los mortales corre de
atrás los avances de la tecnología, sobre todo en el terreno de los medios de comunicación.
"En los medios los esquemas todavía se rigen con leyes viejas donde existe
el control de contenidos, los dueños de la información y el modo unidireccional. Eso ahora, esa
equivalencia entre propiedad patrimonial y propiedad de contenidos, ya no tiene sentido. Estamos
ante un cambio de paradigma profundo donde si gana la convergencia total, gana la libertad del
usuario", aseguró.
J.H.