Una pericia encargada a la Universidad Tecnológica Nacional e, incluso, urgida por la Defensoría del Pueblo, buscará llevar tranquilidad lo antes posible a los vecinos de que sus viviendas no corren riesgo si es que el imprevisto derrumbe de dos pisos de la histórica casa del Brigadier Estanislao López tiene relación alguna con el gigantesco movimiento de suelo en la obra de los nuevos Tribunales ubicada en la vereda de enfrente.
El otro temor de los propietarios lindantes a la vieja casona del siglo XIX —que es monumento histórico nacional— ya fue disipado por las autoridades provinciales y municipales que de inmediato intervinieron comenzando los trabajos para apuntalar el resto de la estructura a fin de evitar nuevos derrumbes.
Se desmoronó toda el ala noreste del edificio. Una parte que se creía entre las más sólidas de la antigua construcción que requiere de constante mantenimiento, no sólo por sus años (se cree que parte de sus cimientos podrían haber pertenecido a un viejo convento del siglo XVIII) sino por el desgaste propio de sus materiales: esta hecha de adobe; más allá del señorío de su estilo colonial apropiado a quien fuera el más ilustre de sus moradores: el gobernador López (allí murió en 1838) o de visitantes tales como Domingo Faustino Sarmiento.
La paradoja fue que el derrumbe se produjo al promediar la tarde del domingo. Y ayer, tal como se había anunciado formal y oficialmente, comenzarían obras de refacción y mantenimiento que demandarían una inversión 3,5 millones de pesos. No obstante, entre las obras previstas no figuraba la parte siniestrada.
La circunstancia de que el derrumbe se produjera un domingo evitó posibles víctimas entre los empleados que en el lugar mantienen el Archivo General de la provincia.
La casona está ubicada en la esquina de General López y 9 de Julio, en la misma manzana del palacio arzobispal, enfrente a los Tribunales y a una cuadra de la Plaza de Mayo, la Catedral, la Casa Gris. el Colegio de la Inmaculada y el museo Histórico que componen el Area Fundacional de la capital santafesina.
Desde afuera en un primer momento, hacia las 19 de anteayer, no se tuvo dimensión del daño. A la calle se precipitaron algunos pedazos de la mampostería de las columnas que adornan la parte superior. No obstante, hacia uno de los patios internos se desplomó todo un ala. Ayer aún no existía una evaluación acabada sobre los daños en libros y documentos que quedaron bajo los escombros aunque se aclaró que en principio serían del siglo XX. Es decir que lo más antiguo que allí se guarda estaba en otro sector.
El Ministerio de Obras Públicas encargó el peritaje a la UTN que dirá finalmente qué pasó y si el lugar podrá volver a ser habitado pero fundamentalmente si tiene o no que ver con la obra de los nuevos Tribunales.