Por es una canción incluida en Artaud (1973), el álbum que Luis Alberto Spinetta grabó prácticamente en soledad, con aportes de Emilio Del Guercio, Rodolfo García —viejos compañeros de Almendra— y su hermano Gustavo, y que fue editado por Microfón/Talent bajo el nombre de Pescado Rabioso solo para cumplir el contrato con el sello porque el grupo, en aquel entonces, ya no existía.
La crítica suele coincidir en que Artaud es el mejor disco en la historia del rock argentino y los motivos de esa unanimidad hay que buscarlos, al margen de la calidad de las canciones que lo integran, en su carácter proteico y experimental.
Los experimentos formales y sonoros de Spinetta habían comenzado en el segundo disco de Almendra, pero fue en Spinettalandia y sus amigos (1971) donde su intención de grabar, en sus propias palabras, un "antidisco" cobró forma definitiva. Registrada de corrido y sin ensayos previos en poco más de veinticuatro horas junto a Pappo, Miguel Abuelo, Víctor Kesselman, Elizabeth Viener y el baterista Pomo, la placa, además de reflejar el perfil más arriesgado y lúdico de Spinetta, es el testimonio de su encono con la discográfica RCA, que lo presionaba para que finalizara el contrato que había firmado con el grupo Almendra, disuelto desde finales de 1970.
RCA editó el disco bajo el nombre de Almendra, con una foto del cuarteto en la tapa, lo que motivó un largo litigio legal que culminó a mediados de los años noventa con la edición en CD del álbum tal como fue concebido.
Pero, a diferencia de Spinettalandia y sus amigos, la experimentación musical y lírica que define Artaud ya no responde a una aventura puramente lúdica, sino a una suerte de programa filosófico y estético, por lo que el disco puede pensarse casi como un manifiesto en el que reaparecen algunas de las coordenadas presentes en la obra de Antonin Artaud, el escritor francés al que alude su título, que formó parte del surrealismo en sus inicios.
Los movimientos vanguardistas europeos de principios del siglo veinte rechazaban la noción de obra artística y hacían foco en los procedimientos con la idea de llegar a un arte hecho de pura acción, praxis y presente absoluto.
Spinetta tomó al pie de la letra algunas de estas ideas y diseñó su álbum como un artefacto ajeno no solo al formato tradicional sino también a la noción del disco como mercancía. Y ahí está la famosa tapa de Artaud, de forma irregular, que Spinetta bocetó y luego perfeccionó Juan Orestes Gatti, para certificar la idea de un álbum en choque con las convenciones de la industria musical.
Dos canciones de Artaud reflejan su raigambre vanguardista: Cantata de puentes amarillos, cuyos módulos estructurales nunca se repiten, y Por, que Spinetta compuso junto a su pareja de aquel entonces, Patricia Salazar, que no figura en los créditos.
La escritura de Por está directamente ligada a los procedimientos vanguardistas. En uno de los siete manifiestos dadaístas, Tristan Tzara ofrecía las siguientes instrucciones para escribir un poema: recortar palabras de la página de un diario, meterlas en una bolsa, agitarla, y luego armar el poema con las palabras que, al azar, se saquen de la bolsa. Así, Por está integrada por cuarenta y siete palabras (cuarenta y seis sustantivos y la preposición que le da título) desplegadas al azar.
Y es esta la canción que toma el escritor Eduardo Berti para construir Por: lecturas y reescrituras de una canción de Luis Alberto Spinetta, un libro-artefacto en el que aplica las ideas que dieron origen a la canción al proponer cuarenta y siete reescrituras posibles.
Berti, que se radicó en Francia a fines de los años noventa, es traductor y escritor. Entre sus títulos más destacados se encuentran el libro de cuentos La vida imposible (2002) y las novelas Agua (1997), La mujer de Wakefield (1999) y El país imaginado (2011). Pero además Berti es el autor de dos libros fundamentales en la bibliografía del rock argentino: Spinetta. Crónica e iluminaciones (1988) y Rockología (1989).
Tal como indica el subtítulo del libro, Berti, siguiendo la impronta lúdica y experimental de la canción, reelabora la letra de cuarenta y siete maneras: la traduce al japonés, la organiza de manera geométrica, propone posibles reescrituras a mano de Marcel Proust y José Hernández, y deja volar su erudición para que Spinetta dialogue con Raymond Queneau, Aristóteles, Mariano Brull y Emily Dickinson.
En definitiva, Berti desarrolla una serie de détournements, un procedimiento situacionista que consiste en tomar una obra o un objeto y darle una nueva forma. Como explica el autor: "Se trata de copiar en forma activa: no en un mero gesto de duplicación, sino en un gesto de multiplicación".
Por: lecturas y reescrituras de una canción de Luis Alberto Spinetta incluye un mazo de cartas para que, como en Rayuela (1963), la novela de Julio Cortázar, cada lector efectúe sus propias variaciones. Rock, surrealismo y psicodelia en ebullición, a lo largo de ciento sesenta intensas páginas.