Con el fin de prevenir accidentes de tránsito y velar por la vida, la Intendencia de Casilda sancionó un decreto que dispone la puesta en marcha de controles permanentes de alcoholemia en la ciudad y en rutas circundantes.
Con el fin de prevenir accidentes de tránsito y velar por la vida, la Intendencia de Casilda sancionó un decreto que dispone la puesta en marcha de controles permanentes de alcoholemia en la ciudad y en rutas circundantes.
La medida contempla la intensificación de este tipo de operativos los fines de semana y feriados ya que es cuando se registra una mayor movilidad de vehículos, especialmente conducidos y ocupados por jóvenes que se dirigen a boliches bailables de la zona.
La decisión municipal, que surgió en respuesta a un petitorio encabezado por el grupo Prohibido Olvidar, integrado por familiares de víctimas en accidentes de tránsito, cuenta con un fuerte respaldo del arco político e institucional de la localidad. Si bien la problemática del tránsito y la siniestralidad preocupa desde hace tiempo en la ciudad volvió a visibilizarse tras el accidente fatal del 16 marzo sobre la ruta 33 donde murieron un taxista y dos jóvenes casildenses.
El desenlace reinstaló el debate sobre la responsabilidad del Estado y de la sociedad civil para evitar que se produzcan este tipo de tragedias. Y aunque nadie ignora el papel vital que juega la educación, todas las miradas terminaron apuntando a la "necesidad inmediata" de instrumentar controles de alcoholemia en forma sorpresiva y permanente.
"Si bien existe legislación que prohíbe el consumo o ingesta de bebidas alcohólicas es necesario dentro del radio urbano y sobre rutas aledañas implementar controles constantes para asegurar su cumplimiento", sostiene uno de los argumentos que fundamenta el decreto suscripto por el intendente casildense, Juan Carlos Bacalini, y su secretario de Gobierno, Fernando Ingaglio.
Los resuelto prevé que los controles municipales sean realizados con la colaboración de agentes de la Unidad Regional IV de Policía del departamento Caseros, con asiento en Casilda.
Los operativos incluyen controles del uso obligatorio del casco, cinturón de seguridad, seguro, revisión técnica vehicular.
El municipio comenzó los controles con la presencia de un "profesional médico matriculado" ya que al pedirle colaboración la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) "manifestó la problemática de no contar (en la actualidad) con alcoholímetros". La APSV "se comprometió", tras la licitación para su adquisición, incluir a Casilda en la distribución de los aparatos. El último domingo el control fue de 3 a 7 y contó con la colaboración de una médica debido a no haber alcoholímetros disponibles. Se inspeccionaron 105 vehículos y sólo se registraron tres infracciones de las cuales dos fueron por exceso de pasajeros y otra por falta de carné de conducir.
Primer operativo
Este fin de semana el municipio realizó el operativo en la intersección de la ruta 33 y bulevar 9 de Julio con la presencia de inspectores, agentes policiales, integrantes del Grupo Prohibido Olvidar y compañeros del taxista casildenses que perdió la vida en marzo en un accidente vial.