Santiago Gigena había cumplido 31 años el sábado, día en que fue atropellado por un vehículo, iba a festejar su cumpleaños con un asado para sus amigos.
Santiago Gigena había cumplido 31 años el sábado, día en que fue atropellado por un vehículo, iba a festejar su cumpleaños con un asado para sus amigos.
No llegó nunca. Su muerte se transformó en una nota periodística donde el denominador común son los equívocos y los malos entendidos.
Como el accidente no fue claro, ahora sus familiares solicitan que los testigos presenciales presten testimonio en la Justicia. Primera complicación.
Por otro lado, un hombre cualquiera, un vecino de la localidad de Alvarez, se ahorca y sus familiares dan con su cuerpo tres días después. Segunda complicación.
Un hecho y otro se cruzan, sus muertes se traban en una confusión. Gigena fue velado a cajón abierto y su cuerpo confundido con el del suicida.
Aparentemente los deudos de Gigena reconocieron el cadáver del cuerpo NN como el de su familiar, y el suicida no fue reclamado por sus familiares hasta el lunes. Y ahí el enredo.
Para colmo, desde la cochería retiraron otro cuerpo. Una tragedia que sólo da cuenta de algo, la burocracia y el dolor producen a veces situaciones terribles e inverosímiles, hasta que se leen en los diarios.