Quería compartir con los numerosos lectores de este prestigioso diario algo que nos sucedió el pasado 28 de diciembre en la localidad de Puerto Gaboto. En esa localidad tenemos una casita ubicada por la calle Zavala al 1100, la cual momentáneamente está desocupada por fallecimiento de mis padres, pero a la cual íbamos periódicamente para limpiarla, controlarla, pagar impuestos y servicios. Ese mismo día 28, en horas de la madrugada, la casita fue usurpada por Ricardo Díaz y Soledad Iglesias junto a sus hijos menores de edad, que descarto cualquier culpa sobre los chicos pero de los padres el peor de los ejemplos para los menores. Lo que sigue es la odisea que uno tiene que atravesar para poder recuperar lo que nos pertenece. Aclaro que tenemos toda la documentación al día, los pagos efectuados de impuestos y servicios y que después de estar dos años desempleado hoy tengo un trabajo eventual de changas en el campo, a 60 kilometros de distancia, que termino perdiendo porque me obligaron a ocuparme de este problema que yo no busqué, sin vehículo, con escaso dinero disponible. Demás esta decir que esa vivienda estaba completamente equipada y amueblada. Hice los trámites correspondientes, denuncias y ampliación de denuncias ya que acercándome a la vivienda, con toda la carga emotiva que significa, la impotencia y la bronca por la injusticia, compruebo que estos usurpadores me habían sacado las camas y otros muebles que tenía tirándolos en la calle y el patio de la casa, e instalando los propios. Verifico que me faltan herramientas varias y costosas, televisores, motores eléctricos, bombeadores, y otros elementos de valor monetario y afectivo. También es justo destacar y agradecer el trato que recibí de la suboficial de policía Belén Ricca, de la comisaría de Gaboto que, quizás gracias a su intervención, los usurpadores o ladrones de casas se terminaron yendo, llevándose muchas de nuestras pertenencias. Ahora pregunto, ¿la Justicia está en feria, de vacaciones? ¿Esto queda así? El fiscal interviniente, el juez o quien sea, ¿no deberían haber dejado instrucciones precisas a la policía para que haga las averiguaciones correspondientes para, aunque sea, recuperar algo de lo perdido? El comisario de Puerto Gaboto que me dijo que sin orden de la Justicia no podía actuar, ¿y la orden dónde quedó? ¿O se pasa para el 2 de febrero? Los elementos sustraídos de la casa fueron reducidos por estos delincuentes que me rompieron candados, puertas y cerraduras. Quizás es la hora de que estos funcionarios públicos tomen registro de situaciones similares y que se ocupen de casos como el nuestro o que alguien nos indemnice por estas pérdidas sufridas, que todavía hoy nos producen una gran tristeza.