Mi mamá, María Rosa Nosetti, DNI 1.911.305, está pronta a cumplir los 93 años, una mujer grande pero con lucidez aceptable, aunque no tanta para aprender a manejar un celular. Y cuál es el problema: que desde hace meses el servicio de Telecom no repara su línea de teléfono fija 341 4650223, en un domicilio que se alquila, por lo que no está a su nombre. Sé, me consta, a mí como a tantos, que es un problema repetido. Ahora, resulta inexplicable que una empresa que controla toda la telefonía fija de la zona, es decir monopólica, se desentienda de tantos teléfonos de líneas domiciliarias que no funcionan. Más como en el caso de gente mayor (como el de mi mamá) que no pueden acceder a otro sistema de comunicación, y carecer de línea telefónica constituye un abandono de parte de la empresa. Reclamo por este medio la solución, porque tampoco es fácil el reclamo habitual al call center. Estamos hablando de un servicio indispensable, un servicio público, un derecho de accesibilidad para todos los ciudadanos. Y con Rosita, su modo de hablar con sus seres queridos, o en el peor de los casos salir de una emergencia.