No puedo dejar de referirme al fallecimiento del sindicalista Victorio Paulón, un ejemplo de vida, de militancia política y sindical, y un verdadero intelectual de clase obrera. Fue compañero de otro ejemplo del sindicalismo argentino como fue Alberto Piccinini, que nos dejo justamente hace un año. Ambos fueron los fundadores de la lista marrón en representación de los trabajadores de Villa Constitución. Victorio fue parte del sindicalismo argentino que se desarrolló a finales de la década del 60 y principios de los 70. Junto con ejemplos de militancia sindical como fueron Agustín Tosco, Atilio Alvarez, Atilio Santillán, Raymundo Ongaro, René Salamanca, y muchos otros que tuvieron estas características de sindicalistas que peleaban realmente por el derecho de los trabajadores. Victorio era peronista. En esos años el peronismo combativo junto con otros sectores políticos como Vanguardia Comunista, el PCR, PRT y muchos otros se unieron en una lucha en defensa de los derechos de los trabajadores y del derecho de éstos a elegir a sus representantes sindicales. La unidad de todos estos sectores fue posible por las coincidencias en proyectos políticos de fondo. No son mas ni menos que las aspiraciones de los trabajadores. No se puede hablar de los trabajadores y obviar el peronismo. Paulón fue protagonista de la histótica lucha de la UOM de Villa Constitución, logrando la conducción del gremio con Piccinini a la cabeza. Ese sindicalismo no sólo era combativo por definición ideológica y de compromiso con los trabajadores sino porque inauguró una nueva forma de organización del sindicalismo combativo cual fue la aparición de los delegados de base y de fábrica. Esa organización fue la más diezmada por el terrorismo de Estado cuyo ensayo se hizo en Villa Constitución en marzo de 1975 y que ya había tenido anuncios anteriores con el asesinato del abogado Ortega Peña.