A diario observamos cómo automovilistas y motociclistas circulan velozmente sin medir las consecuencias, sin tener en cuenta que ponen en riesgo sus vidas y la de los demás. Los accidentes de tránsito son moneda corriente, sin embargo no hay una toma de conciencia sobre esta problemática. Cuesta entender que al haber tantos, en su mayoría por imprudencia, mucha gente siga manejando como si estuviese en medio del desierto. Los números son escalofriantes. Según un informe de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, correspondiente al período que va del 13 de abril de 2020 al 6 de septiembre de ese año, se registraron 763 siniestros viales y hubo 821 víctimas fatales en la Argentina. En este sentido, antes del inicio de la pandemia, en nuestro país había un promedio de 16 fallecidos por día, y ese número descendió a dos muertes diarias durante la etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio (Aspo), que comenzó el 20 de marzo de 2020. Siguiendo con este informe, del total de 821 víctimas fatales registradas en el período analizado, el 51 por ciento corresponde a motocicletas. Además, el 50 por ciento de los siniestros son por colisión y el 10 por ciento por despiste, mientras que el 42 por ciento ocurre en rutas. Frente a esta realidad, es importante que haya un cambio de mentalidad de los conductores, una mayor prudencia en las calles y rutas del país ¿Para qué estar siempre al límite de perder la propia vida y la ajena?