El jueves pasado los concejales se negaron a aprobar un pedido para que Rosario se declare en emergencia por la inseguridad. Parece que los concejales o viven en una caja de cristal o tienen otros objetivos políticos. Todos sabemos que hace muy pocos años la ciudad de Medellín era la ciudad más violenta de Latinoamérica pero gracias a una política firme y durísima hoy es una ciudad normal y tranquila. La desgracia es que ese título de ser la peor, hoy fue traspasado a nuestra ciudad de Rosario, y cualquier argentino ya la tomó como la peor del país. Esto se debe a la inoperancia, desidia, en una ciudad prácticamente sin gobierno, y un gobierno provincial sólo pensando en política para el año que viene. Leer La Capital del 24 de septiembre, sección Policiales, me dio estupor y vergüenza las declaraciones del padre Juan Núnez, párroco de la iglesia María Reina, donde relata que él sólo lucha para defender la Iglesia, la Escuela Pablo VI, donde asisten 1.100 alumnos, y el barrio aterrorizado por las balaceras; mientras el gobierno municipal, incluidos los concejales, y la provincia, están peligrosamente ausentes, porque viven en otro mundo. Mientras tanto, la señora intendenta cuando estuvo en Medellín, en una actitud totalmente desubicada, habló contra el gobierno nacional y ocultó, o sea no dijo, que Rosario es la Medellín de años atrás.