En política, la teoría pocas veces se practica: la responsabilidad de los funcionarios o rendición de cuentas, no siempre se aplica. Este término se encuentra en la profundidad de toda constitución democrática ya que un gobernante sin la posibilidad de recibir sanciones es uno de un régimen autocrático. Casos actuales hay muchos, lo observamos tanto en el gobierno actual como en el pasado. Más de uno terminó en nada. ¿Renuncia? ¿Llamado de atención? ¿Pedido de disculpas? Si los funcionarios no son sometidos a sanciones luego de malas conductas, ¿no deberíamos hablar de cargos vitalicios? ¿Será que los políticos se creen por encima del pueblo? Pocas veces ellos se ven interpelados por la opinión pública ¿Será porque no existen medios legales para sancionarlos? El presidente es el Poder Ejecutivo y tiene a disposición la renuncia de sus ministros. La exigencia a los políticos no debería ser mucho más que la exigencia que nos damos a nosotros como sociedad. Ellos también son parte de ésta. Sino, parecería ser que la rendición de cuentas se practica sólo en el voto. El pueblo debería tener un rol de fiscalización, participación constante y memoria. Insisto, la responsabilidad de acciones se cumple no sólo ante los ciudadanos sino también con sanciones serias que demuestren que el que está en el puesto es contingente y prescindible.