Fue hace unos días, cuando me proponía dormir una siesta sonaron en mi casa —uno tras otro— tres timbrazos que activaron mi adrenalina. Mi esposa gritó: "¡Atendé vos que puede ser el presidente, me dijeron que anda por la zona!" Me abroché el pantalón, y un poco aturdido salí hasta el ascensor. Mientras bajaba los seis pisos, con un poco más de lucidez pensé, no creo que sea el presidente, pero si lo fuera sería el momento para comentarle —con todo respeto— algunas inquietudes. Al llegar a la planta baja observé en la vereda a cuatro personas, todas vestidas de elegante sport y aunque no divisé al presidente me puse nervioso. Razoné que tenía que controlarme por el tema de las cámaras y cuando abrí la puerta de entrada, una de las mujeres del grupo me dijo a boca de jarro: "Buenas tardes señor, estamos haciendo una encuesta sobre cómo desearía el pueblo que fuera el próximo presidente y nos interesa su opinión". Acto seguido, me entregó un formulario y explicó cómo llenarlo. "Cada pregunta tiene tres alternativas de respuesta; usted tiene que marcar con una cruz la que estime más conveniente y puede hacerlo en forma anónima", agregó. Cuando escuché "anónima" me tranquilice un poco y leí las preguntas con las posibles respuestas: 1) ¿Qué sexo le gustaría para el próximo presidente? indistinto / femenino / masculino. 2) ¿Qué nivel de instrucción debería tener? universitario / secundario / dudoso. 3) ¿Qué conductas le perdonaría? bailar/ mentir / robar. 4) ¿A qué líder popular debería imitar? a Nelson Mandela / al Papa / a Margaret Thatcher. 5) ¿En dónde debería tener sus ahorros? en un banco nacional / en un convento / en una cuenta off shore. 6) ¿A quién debería representar? a la mayoría de la población / a los medios y corporaciones / al capital internacional. Al finalizar la encuesta entregué el formulario pero observé que en el margen estaba anotado mi nombre y domicilio. Aunque las encuestas no tienen buena prensa, esta me pareció sin riesgos. Pero vaya uno a saber, es que aparte de no acreditar muchos aciertos, a veces son compradas, se las dibuja y las preguntas suelen ser inquisidoras, tendenciosas, o simplemente inducidas para beneficio de algún candidato. ¿O será que exagero porque no tengo idea del perfil presidencial que merecemos?
Por qué escribimos al diario
"No escribo para agradar, escribo para hostigar, escribo para motivar, para recordar y desahogarme". Fernando Savater. Sin proponérselo, ubicó así la piedra fundamental a estas "Cartas de los lectores". Pronto a iniciarse un nuevo año, reciban nuestros felices augurios, y mil gracias al editor del diario por permitir expresarnos. Convencidos de que el discurso crítico sobre el mundo es un modo de rehacerlo. Observando que las puertas de acceso a la vida desdichada llevan indicaciones precisas y evitables, necesitamos desistir en consumir mansamente tanta ignominia dirigida que nos quita personalidad y criterio. ¿Cómo es posible que soportemos convertirnos en nuestros propios contrarios de la lucha diaria? Es que nos han acostumbrado a vivir en un país de prófugos, donde el que camina derecho parece que está huyendo. Donde la evasión de lo real y la falsa neutralidad de sus críticos, procura domesticar la realidad mediante el ocultamiento. Comprobando que no existen miramientos culturales, menos aún constructivos, cuando de negociar información se trata. Desde ya, me considero igual a muchos de los que escribimos, derrotado en este vano intento de retrucar tanto maniqueo informativo. Pero resulta preferible abandonar la actitud de víctima para convertirnos en protagonistas. Intentando reflotar el pensamiento crítico que alguna vez nos prohibieron, y hoy es imprescindible no olvidar. Evitando la promiscua hegemonía del lenguaje, a la luz de tantas ideas tendenciosas que soportamos. Caso contrario aceptamos ser cómplices de lo que ocurre, si bien no cómplices activos, si nos convertimos en consumidores tontos y compulsivos, bombardeados diariamente por la información, en todas sus formas y sectarismos, olvidando que somos seres racionales. La idea al escribir, aunque pretenciosa, es forzar humildemente un cambio de paradigma que impida la reducción de la conciencia a un simple reflejo. Buscando ser cada vez más los que nos animamos a intentar elaborar una alquimia de multitudes, producto de una inteligencia colectiva, emergente de una necesaria censura social y democrática. Enarbolando la doctrina de los Estoicos (340 aC), que sostenía: "Dudamos en distinguir lo que depende de nosotros y lo que no; pero la voluntad y los pensamientos son nuestros".
Norberto Ivaldi
Evocación a Susan Sontag
Evocar a Susan Sontag en estos tiempos sombríos de banalización cultural y alienación masiva a través de la propaganda consumista es reivindicar a una mujer que hizo del cultivo de la reflexión y el pensamiento crítico un estilo de vida resistente. Escritora, ensayista, crítica literaria, guionista, directora teatral y cinematográfica, ha sido una figura destacada de la contracultura contemporánea. Nació en la ciudad de Nueva York, el 16 de enero de 1933. A la par de la escritura con agudo sentido y lucidez, ejerció la docencia universitaria, cuestionó duramente la política belicista expansionista de su país de origen, Estados Unidos de Norteamérica. Es dable recordar su puesta en escena de la obra de Samuel Beckett, "Esperando a Godot", en Sarajevo en plena guerra de los Balcanes. Como señala con acierto una analista de su obra. "Siempre intentó hacer pensar desde otro punto de vista. Sus ideas en algún momento aparecieron como radicalizadas. En el siglo XXI criticó las invasiones de EE.UU. en Medio Oriente, y se preguntó si el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 no tendría que ver con la política exterior de su país. Por ello, fue blanco de campañas en su contra, que incluyeron el pedido a que las empresas no auspiciaran en medios que publicaran sus artículos". Susan Sontag falleció el 28 de diciembre de 2004 en la ciudad de Nueva York. Dejando para la humanidad un legado imperecedero.
Carlos Solero
N de la R. Susan Sontag se crió en Tucson (Arizona) y en Los Ángeles, donde se graduó en la North Hollywood High School, a la edad de 15 años. Continuó sus estudios en varias universidades, como Berkeley, Oxford, Chicago, París y Harvard, en varias de las cuales también fue docente.
Monticas, una empresa que es un desastre
La verdad es que estoy indignado y cansado. Hace años que trabajo en Pérez viviendo en Pujato, y por consecuencia tengo que tomarme colectivos como Monticas, una empresa en donde los coches son un desastre. Todos rotos, la mayoría siempre tiene algún desperfecto, el boleto es carísimo por el servicio que brindan y para adornar todo esto me entero que sacan horarios de servicio. ¿Por qué sacar un sábado a la mañana el colectivo que sale de la terminal de Rosario a las siete? Me parece una locura. Pero como yo soy un número más, a ellos no les interesa que yo tenga que esperar dos horas y media hasta que llegue el próximo. Por lo menos me descargo por este medio, y quiero salvar a los choferes, que son sobrevivientes día a día de las bombas que les dan para conducir.
Sebastián Miguel Lomenzo
Otra vez la contra del peronismo
Otra vez me toca ver y vivir como se une el espanto peronista en contra de un gobierno, nada más que ahora lo hacen "democráticamente" desde el Congreso. Antes saqueaban. El Frente Renovador y los K, comen tallarines como "la familia unita". Ver a Kicillof votar un proyecto que reduce a la mínima expresión el impuesto a las Ganancias de los empleados, después que su gobierno lo impuso hasta para los jardineros, es como mucho para mi paz interior. Y haberlo escuchado hasta el hartazgo defender lo indefendible cuando no se ajustaron los mínimos ni las escalas durante 10 años. Por eso, cuando era ministro, terminaron pagando Ganancias empleados que cobraban sueldos que no les alcanzaban para llegar a fin de mes. Y ahora propone casi eliminar el impuesto. Y como frutilla del postre, ver a Massa tratando de esquivar la foto con Kicillof para no quedar pegado con lo que recién había acordado con él. El peronismo es una maldición que va a pesar sobre nuestras espaldas hasta que la educación le gane a la ignorancia.
Jorge Milesi
¿Por qué no hablamos con Dios?
Nación nos habla de unidad. Somos una Nación. Somos Argentina. Tuvimos un nacimiento y tuvimos un desarrollo. Hemos crecido, nos hemos extendido, pero tenemos que seguir creciendo. Así como hay un crecimiento natural, hay un crecimiento social, pero también hay un crecimiento espiritual. Y este último crecimiento viene de Dios, porque Dios es Espíritu. Hay un espíritu que une, que edifica y un espíritu que destruye, el espíritu maligno humano. Hay un espíritu natural, porque el ser humano es cuerpo, alma, mente y espíritu; y hay un Espíritu Santo, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿A qué espíritu responde usted? Le queda la pelota picando. Hable con Dios. Tómese su tiempo. El está muy atento a su necesidad, y seguramente le responderá.
Miguel Angel Leonardi