Intenté usar la lógica que he adquirido en años de estudio y ejercicio de mi profesión (ingeniero) y, claramente, una vez más he fracasado en la tarea. Con respecto a la situación de la máxima autoridad del Pami, Luana Volnovich, y su segundo en el cargo y pareja, Martín Rodríguez, pareciera ser que las opiniones se dividen inexorablemente en dos bandos. Está mal que hayan viajado al exterior, y está bien que lo hayan hecho. Se dejan de lado temas que deberían ser de preocupación mayor. ¿Son aptos para el puesto que desempeñan? ¿Existe por sus cargos y su vínculo relacional algún conflicto de intereses para ejercer su función? ¿El salario es acorde con los gastos realizados? Si el funcionario es bueno, competente, qué importa donde descanse si durante el resto de su tiempo laboral lo hace aceptablemente bien. Pero esto funciona con otra “lógica”. La que usa esto a favor o en contra. ¿Máximo Kirchner y La Cámpora definirán la continuidad o no? Gabriela Cerruti mencionó que “para nosotros el tema está terminado”(?). El error, como dije en un principio, es no haber utilizado la lógica política, esa donde se comprende que se muevan piezas por afinidad y no por capacidad, y donde ciertos eventos como unas vacaciones son usadas para un lado u otro de la grieta.