Como hemos visto en estas últimas semanas se están reparando y repavimentando algunas arterias de nuestra ciudad, que bien valen este tipo de trabajos, que hace mucho tiempo no se realizaban, aunque a veces entorpece el normal tránsito en algunos sectores de Rosario. Si se realizaran las tareas en horarios de poco tránsito sería mucho mejor, pero parece que esto no se tiene en cuenta. De la misma manera vale lo que se ha efectuado en la “avenida de los Inmigrantes”, también en un tramo llamado “avenida Estévez Boero” que se ubica frente al Monumento a la Bandera y que corre paralela al río Paraná. Este sector tiene los adoquines más antiguos de la ciudad, de la misma manera que la bajada Sargento Cabral, única bajada natural que tiene la ciudad. Se sabe que todo el sector de esta avenida está asentada sobre pilotes de madera ya que son tierras ganadas al río. Con el correr del tiempo algunos sectores se han hundido y la calle ha quedado con ondulaciones que merecen una rápida solución. Los adoquines son más grandes y han sido colocados en su momento manualmente. ¿Cuál sería la solución? Retirarlos de la misma forma, nivelar el terreno y volverlo a instalar y quedarían como entonces. Pero la Municipalidad no tuvo mejor idea que “emparchar” los lugares hundidos y ondulados y “tapar” los centenarios adoquines. No sólo es grave por la historia de ese empedrado, sino no se solucionó el problema porque la calle sigue igual, pero con parches y se sigue hundiendo. ¿Nadie de la Municipalidad realiza un estudio o piensa antes de decidir semejante trabajo?