No se entiende que todavía en la Justicia no se pague ganancias. Es lo que deberían hacer ya hace tiempo. No sólo no tienen por qué ser la excepción, sino más bien el ejemplo sin lugar a duda. Hace años que se habla de ello y siguen quienes la conforman exentos de concretar lo que no merece discusión alguna. A veces me pregunto sin encontrar nunca la respuesta, ¿cuándo realmente seremos todos iguales ante la ley? Confieso que no sólo en este punto me lo planteo, varios interrogantes siguen en pie, sin que muchos entendamos las desigualdades que no deberían tener cabida. Las injusticias que no se modifican aun con realidades que hablan de por sí, duelen, por cierto. ¿Por qué deben los jueces tener privilegios? ¿Por qué no aportan como los demás, teniendo como aditamento sueldos muy buenos como para esquivar lo que deben afrontar de una vez? Seamos serios y justos, aunque esto no ocupe las primeras planas, o esté ausente hoy como tema de debate. A decir verdad, más que debatirse, debería al fin efectivizarse para beneficio de todos. El tejido social precisa que estemos imbuidos tanto en nuestras obligaciones como en reclamos y controles diversos para el mejoramiento del sistema que nos abarca.