Feria olor a feria, tierra, comida y sueños rotos está compuesta por más de 400 puestos ubicados en una de las plazas de barrio Ludueña, donde vienen personas de todas partes a vender desde comida hasta televisores, repuestos, ropa, podés encontrar lo que sea. Las personas que trabajan acá son humildes, de clase baja, y todas laburantes a las cuales no les queda otra que para comer o comprarse ropa vienen acá. Porque hoy, 2017, la plata no alcanza. Con 100 pesos hoy comés una comida (almuerzo o cena), y si son más de cuatro en casa, o tenés mascotas, un solo plato para cada uno; y los impuestos suben y nadie trae soluciones para nosotros, los laburantes, la gente que hace linda a la Argentina. Yo empecé a venir a la feria a vender porque estudio en un profesorado a nivel primario, estoy en tercer año y no me alcanza el dinero para pagar un alquiler y para mis materiales de estudio. Tengo un microemprendimiento de viandas con mi pareja, pero en lo que va del año bajaron un 80 por ciento las ventas. Mi pareja tiene 30 años y no consigue un trabajo digno porque toman gente más chica (una locura), yo sí trabajo en un lugar por ocho horas. Tengo que dejar de estudiar porque no se puede con todo, hay que elegir, y elijo mi sueño, mi futuro y no cumplir 40 años y seguir así con lo justo. Venir a la feria me hace ser agradecida de lo que tengo, de un techo y un plato de comida caliente, acá te encontrás con realidades tremendas. Como personas que vienen con siete niños de todas edades y el carro con el que juntaron cosas a la mañana temprano, y vienen a vender acá con un mantel en la tierra y la esperanza de poder vender para poder comer. Es valorable lo que hacen porque se las rebuscan, acá tenés que sobrevivir, pero sobrevivir no es robar o matar a otro (instinto animal), sino rebuscártelas. Ojalá el presidente, la intendenta, los diputados, concejales, secretarios y demás vean esto, el tesoro que tienen, personas con ganas de vivir, con ganas de crecer y tener lo que se merecen porque no todos nacimos en una cuna de oro, o tal vez sólo no tuvieron la suerte o una buena oportunidad. Ojalá que tomen conciencia de todo lo que tienen y de todo lo que falta a los ciudadanos, no semáforos para peatones, carteles led o gastar millones y millones en una plaza que estaba bien y que se usa para el narcotráfico a menores como la plaza San Martín. Es necesario trabajo digno con horarios flexibles, educación pública a nivel inicial, primario, secundario y terciario, donde respeten horarios y vayan los profesores. Que podamos tener las cuatro comidas que necesita el ser humano, ropa, un par de zapatillas lindas. Todos los que se las rebuscan, los que quieren cambiar esto, necesitamos que haya un cambio. Queremos una oportunidad para lograr ese cambio.