La felicidad está en las pequeñas cosas
La felicidad está en las pequeñas cosas
Dicen que el miedo nos arrinconó a un costado de la vida convenciéndonos de que nada era suficiente. Y yo digo, con 79 años encima y con enfermedades propias de la edad (y otras por mala suerte), que nada debe convencernos, que nada es suficiente sino que todo esto nos debe servir para darnos cuenta de que no debemos errar otra vez. Es suficiente no caminar con miedos sino con la seguridad de que el próximo paso será el definitivo y el correcto, que debemos amar condicionalmente e incondicionalmente a esta Argentina que forjaron nuestros abuelos con tanto amor, sacrificio y trabajo. Que no es suficiente que unos pocos corruptos, o unos muchos, nos borren la sonrisa de nuestros hijos y de nuestros nietos. Dicen que no encontramos módulos, palabras e imágenes para explicarles a nuestros hijos, y yo pregunto, ¿y los módulos que tú fabricaste para ellos? ¿Tu imagen y de la familia que formaste no sirven? ¡Vamos, argentinos! ¡Adelante, por ti, tus hijos, por nuestros antepasados, por todo el amor que ponemos y que pusimos para formar una familia! Tenemos la obligación de no aflojar, de continuar adelante con la cabeza erguida ya que no fuimos nosotros los corruptos. Tenemos que poder caminar por nuestras calles sin miedo, porque la felicidad está en las pequeñas cosas.
Martha Chimento