Siempre es un placer verte jugar y deleitarse con cada gol, jugada o gambeta tuya, cuya magia emociona a millones de personas de todas las latitudes: desde tu época gloriosa en Barcelona, hasta tu gran presente en el PSG y en la selección.
Lionel Messi con la Copa del Mundo, el máximo título de su legendaria carrera.
Siempre es un placer verte jugar y deleitarse con cada gol, jugada o gambeta tuya, cuya magia emociona a millones de personas de todas las latitudes: desde tu época gloriosa en Barcelona, hasta tu gran presente en el PSG y en la selección.
No existen palabras suficientes para expresar y agradecer todo lo que das y hacés por el fútbol. Y a esta altura del partido no necesitás demostrar nada para dejar en claro que no solamente sos el mejor del mundo sino que sos uno de los mas grandes de todos los tiempos, aunque tus detractores de antaño (ya quedan muy pocos) intenten negarlo.
¿Qué mas te podemos pedir? Y es menester destacar tu sencillez y humildad que contribuyen a ennoblecer tu ya legendaria figura: “La humildad de los grandes” que llevarás orgullosamente por el resto de tu vida, pregonando valores: “Me preocupa más ser buena persona que ser el mejor jugador del mundo”.
Un gran referente histórico de la selección alguna vez dijo: “Me va a molestar que Messi me supere pero me queda el consuelo de que perdí con alguien de otro planeta”.
Ahora que nos trajiste la Copa del Mundo junto a ese hermoso grupo humano que liderás en la selección nacional, !bienvenida sea!, pero con todo lo que nos diste ya es más que suficiente porque has dejado “sangre, sudor y lágrimas” por la albiceleste y con tus ganas, sacrificio y espíritu ya lo ganaste todo. Gracias Messias.
Juan Manuel Martelotto
Por Florencia O’Keeffe