Este virus desnudó la insolidaridad
Este virus desnudó la insolidaridad
Pensemos por unos instantes si la sociedad argentina cumple a rajatabla con las medidas de seguridad dispuestas por el personal sanitario, en medio de una pandemia que enferma y mata. Y no me refiero a encerrarse, aislarse, sino a mantener el distanciamiento de dos metros entre pares, usar barbijo; y utilizarlo cubriendo mentón y nariz, lavarse las manos con jabón y echarse alcohol el gel, no asistir a reuniones masivas en forma clandestina. Es cierto que hay quienes acatan estas medidas, las cumplen, pero también es cierto que muchísima gente hace caso omiso a esas modalidades que sirven para salvar nuestras vidas y las vidas ajenas, ante un virus que no tiene piedad con los humanos. El Covid-19 puso en evidencia que no hay demasiada unión entre los argentinos, que a algunos individuos les importa poco cuidar a los demás para que no se enfermen o no se mueran. Este virus desnudó a la insolidaridad, qué duda cabe. Es mentira que somos empáticos en algunos aspectos, que actuamos como un todo, que mostramos apoyo incondicional a causas ajenas, particularmente en situaciones comprometidas. Los argentinos exhibimos unidad y unión cuando nuestro seleccionado de fútbol disputa la copa del mundo. Habrá que admitir esto de una vez por todas. Fuera de este fenómeno popular, demostramos egoísmo e individualismo. La pandemia echó por tierra aquella idea de una argentina solidaria en determinadas circunstancias. Al menos, es lo que creo.
Marcelo Malvestitti